Rusia cumplió con su palabra. Luego de que Estados Unidos y Alemania autorizaran el envío de decenas de tanques, más de 10 personas murieron por la embestida de 55 misiles rusos.
Siguen las búsquedas de más víctimas, mientras el Kremlin intensifica los combates en la región de Donetsk. Ucrania, en tanto, activó la alerta aérea y se forzaron cortes de electricidad para evitar daños en la infraestructura.
Moscú puso sus blancos en transformadores y centrales eléctricas, quedando así millones de civiles sin agua ni calefacción en el duro invierno. Odessa fue uno de los objetivos rusos poco antes de que Francia declarase que continuará con las ayudas.
Francia aclaró que ni ella ni sus aliados están en guerra en Rusia por darle armas a Volomir Zelensky. Canadá también se sumó a la entrega de blindados para las fuerzas defensoras. En tanto, los ministros de la OTAN se reunirán en febrero para enviar más ayuda a Ucrania.