Las dos amigas acusadas de asesinar a Enrique Muñóz a 22 puñaladas en la espalda el 11 de mayo, cayeron tras la ayuda de las cámaras de seguridad y al conocerse fotos hot de ellas dos, de la noche en la que estuvieron con el jubilado y que él mismo le había enviado a sus amigos.
En la imagen que quedó registrada en las cámaras de seguridad de cuando él llegaba a su casa con estas dos mujeres, ellas tenían una vestimenta determinada. Fueron capturadas por sus buzos y camperas, una prueba clave ya que cometieron el error de no cambiarse la ropa después de matar.
Tanto las fotos subidas de tono que el fallecido le había pasado a sus amigos presumiendo que había estado con dos jóvenes de 20 y 21 años, como una foto que le había enviado a su hermano en España diciéndole que había iniciado una relación con una de ellas, ayudaron al caso.
La policía Bonaerense las capturó y ambas se negaron a declarar ante el juez del caso, Alberto Baños.