En el marco del Día Mundial del Cerebro, que se conmemora cada 22 de julio, expertos advierten sobre el impacto de las enfermedades neurológicas más frecuentes, como la demencia —especialmente el Alzheimer— y los accidentes cerebrovasculares (ACV), que afectan a millones de personas en todo el mundo. Este año, el lema impulsado por la Federación Mundial de Neurología es “Salud cerebral para todas las edades”, con el objetivo de promover hábitos de vida saludables desde la infancia hasta la vejez.
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“La salud cerebral implica mucho más que no tener una enfermedad: es la base de nuestra autonomía, de nuestra capacidad para aprender, comunicarnos y mantener vínculos”, explicó la Dra. Viviana Cantarutti, médica clínica de OSPEDYC. Según la especialista, el bienestar mental se construye desde antes del nacimiento y requiere acciones sostenidas a lo largo del tiempo: una buena alimentación, control del estrés, ejercicio físico, sueño adecuado y lazos sociales saludables.

Las cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son contundentes: más de 57 millones de personas viven con demencia, y alrededor de 6 millones mueren cada año por ACV. Pese a su gravedad, estas enfermedades muchas veces son subestimadas o detectadas tardíamente.
En el caso de los accidentes cerebrovasculares, actuar rápido es clave para evitar secuelas. “Una herramienta útil para reconocer los síntomas es la regla ‘FAST’, por sus siglas en inglés: Face (rostro caído), Arms (dificultad para levantar un brazo), Speech (habla confusa) y Time (el tiempo es fundamental: hay que llamar a emergencias de inmediato)”, señaló Cantarutti.
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La demencia, en tanto, se manifiesta de forma progresiva y afecta la memoria, el lenguaje, el juicio y la conducta. Aunque no tiene cura, algunos factores de riesgo pueden prevenirse o retrasarse como la hipertensión, diabetes, tabaquismo, sedentarismo y aislamiento social, entre otros.
Desde el enfoque de la prevención, los profesionales insisten en adoptar rutinas que estimulen el cerebro, como leer, estudiar, resolver juegos mentales, mantenerse socialmente activo, reducir el tiempo frente a pantallas y dormir al menos siete horas diarias. “Así como entrenamos el cuerpo, también debemos ejercitar la mente”, concluyó la especialista.
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