Una agencia de noticias china dijo que logró encontrar a la primera persona diagnosticada con el coronavirus que pronto se extendió por todo el planeta y afectó ya a cientos de miles de personas en más de 190 países. Según un informe publicado el 26 de marzo, el 11 de diciembre, se trata de una vendedora de gambas vivas del mercado mayorista de mariscos de la ciudad de Wuhan, llamada Wei, que fue a una pequeña clínica ubicada en el edificio donde vivía porque tenía fiebre.
La mujer trabajaba en el concurrido mercado de mariscos “Huanan” del distrito de Jianghan -Wuhan- a menos de un kilómetro de la estación ferroviaria de Hankou. Además de mariscos, en el lugar, sellado el 1 de enero, también se vendían aves de corral, zorros vivos, cocodrilos, cachorros de lobo, salamandras gigantes, serpientes, ratas, ranas, pavos reales, puercoespines, carne de camello y de pangolines, entre otras.
Según reveló a la agencia Sina la vendedora, acostumbraba a ir para pedir a los médicos que le aplicaran una inyección de antipirético, ya que no quería faltar al trabajo. Pero esta vez, el medicamento no funcionó, de modo que se vio obligada a consultar al médico en la clínica Union Medical College Hospital, también de Wuhan, donde fue diagnosticada con el nuevo coronavirus.
Un total de 24 personas que tenían vínculos con dicho mercado de mariscos —entre ellas, cuatro miembros de la misma familia— fueron diagnosticadas con Covid-19 ese mismo mes de diciembre. No obstante, el caso del señor Chen, también citado por Sina, plantea muchas preguntas: residente en Jiangxia, a más de 30 kilómetros de Wuhan, nunca visitó el mercado epicentro del brote, pero fue diagnosticado con el coronavirus el 16 de diciembre. Tampoco se puede afirmar con certeza que el paciente cero fuera Wei, quien dice que “lo más probable es que me haya contagiado en el metro o después de ir al hospital”.
El régimen chino había designado claramente a principios de 2020 al mercado de Wuhan como cuna de la epidemia, donde el virus habría sido transmitido de una especie animal a otra, antes de contaminar al hombre. “Sabemos ahora que animales vivos vendidos en un mercado de pescado son la fuente del virus”, declaró a fines de enero el jefe del Centro de control y prevención de enfermedades, Gao Fu, tras la puesta en cuarentena de Wuhan.
El virus responsable de la enfermedad COVID-19 “era desconocido antes del brote epidémico que empezó en Wuhan en diciembre de 2019”, recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los análisis genéticos de muestras del nuevo coronavirus extraídas en varios países revelan una fuente común en China, según explicó Christel Donnelly, profesora de epidemiología del Imperial College de Londres.
El gobierno fue acusado de haber disimulado la epidemia en sus comienzos y la policía de Wuhan reprendió en efecto a médicos que alertaron desde diciembre. De hecho, la muerte de uno de estos médicos generó en febrero un inédito movimiento de ira en las redes sociales contra el régimen del presidente Xi Jinping. Más tarde, Zhong Nanshan, uno de los mayores especialistas de enfermedades respiratorias en el país, emitió una suposición: “la epidemia hizo su aparición en China, pero no necesariamente tiene su origen en China”.
Esta hipótesis fue retomada por Pekín, que acusó incluso a Washington y a la prensa extranjera de utilizar el término “virus chino” para “dar a entender un origen sin ningún fundamento ni ninguna prueba”. “Algunos medios quieren que China se lleve toda la responsabilidad”, declaró Zhao Lijian el pasado 4 de marzo. Según algunas de las teorías que circulan por las redes sociales chinas, la delegación estadounidense de los Juegos Militares Mundiales, una competición disputada en octubre en Wuhan, podría haber llevado el virus a China.
DS