Para tomar un trago, un licuado o una bebida al aire libre se creía que el sorbete era el utensilio ideal, sin embargo, de un tiempo en esta parte el rechazo a ese elemento empezó a crecer. Incluso hay campañas a través de las redes sociales en las que se insta a las autoridades a prohibir su uso.
En ese marco, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, a través de la Agencia de Protección Ambiental, firmó una resolución para prohibir, en forma progresiva, el uso de sorbetes. Esta medida se desprende de la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos N° 1.854 (texto consolidado según Ley N° 6.017). La norma se publicará este miércoles 22 de mayo en el Boletín Oficial, según pudo averiguar PERFIL.
A partir de la entrada en vigencia de esta resolución no se podrá ofrecer o colocar sorbetes plásticos de un solo uso a la vista del cliente. Luego, dentro de seis meses, se prohibirá la utilización, entrega y expendio de los mismos.
Agrupaciones ecológicas en campaña contra el uso de sorbetes
La Ciudad de Buenos Aires es la última en nuestro país a sumarse a esta tendencia sustentable. De ese modo, Capital Federal sigue los pasos de Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, Mar Chiquita, Mendoza y Ushuaia, donde el uso de los sorbetes ya se encuentra restringido.
La medida alcanza a:
- Hoteles de 4 y 5 estrellas.
- Shoppings, galerías comerciales y centros comerciales a cielo abierto.
- Locales que posean una concurrencia de más de trescientas personas por evento.
- Establecimientos pertenecientes cadenas comerciales (más de cinco establecimientos que se encuentren identificados bajo una misma marca comercial, sin distinción de su condición individual de sucursal o franquicia).
- Locales de baile y comercios donde se sirven y/o expenden golosinas, comidas y/o bebidas.
- Comercios que expenden y/o fraccionan productos alimenticios.
- Comercios que elaboran y/o expenden productos alimenticios de venta inmediata.
- Comercios donde se sirven o expenden comidas, locales para la venta de golosinas envasadas.
- Locales de baile.
El debate sobre achicar el consumo de plástico lleva años en agenda. El puntapié inicial se dio en enero de 2017, cuando entró en vigencia la Resolución 341/16, de la Agencia de Protección Ambiental, que prohibió la entrega de bolsas plásticas livianas en los supermercados, hipermercados y autoconsumos. Fue una medida cuestionada por la industria plástica y hasta por una parte de los consumidores, pero que a más de dos años de su puesta en vigencia ya fue asumida por la población.
“Confiamos en que suceda algo similar a lo que sucedió con el cese de entrega de bolsas, que los vecinos lo tomaron como algo natural. Este cambio es muy sencillo y va a ser progresivo. Es un paso más hacia una ciudad más verde y sustentable”, expresó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público, tras la firma de la resolución.
El 62 % de la producción de plásticos se destina a productos de packaging y de un solo uso. Al desintegrarse, estos productos generan partículas que son ingeridas por la fauna acuática. Según fuentes del Gobierno porteño, peces de las zonas costeras del Río de la Plata, como el surubí, el sábalo, el patí, el pejerrey y la carpa albergan en su tubo digestivo diminutos pedazos de material sintético.
Según cifras de Greenpeace, hasta 12 millones de toneladas de plásticos entran en los océanos cada año. Entre el 40-60 por ciento de las tortugas ingieren plásticos mientras que en algunas especies de aves este porcentaje se eleva hasta el 93.
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En Argentina existe la campaña #MejorsinSorbete que impulsa la prohibición de este elemento a nivel nacional. Los defensores de esta iniciativa aseguran que se pueden promocionar otros materiales que no son tan perjudiciales con el medio ambiente, como acero inoxidable, papel, caña de bambú o vidrio. También hay reclamos similares en las plataformas Hagamos Eco, creada por la organización Greenpeace, o en Change.org.
En una entrevista con el Canal de la Ciudad, Agustina Blanco, socia embajadora de la campaña MejorsinSorbete, indicó: “La idea no es dejar de usar sorbete, sino concientizar a la gente. Hay que hacer entender que no es que el local quiera ahorrar plata sino que ese elemento, que además no se utiliza, es perjudicial”.
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El sorbete plástico en cifras:
FeL
