El domingo por la tarde, en en la localidad de Fontana, ciudad satélite de la capital chaqueña, Resistencia, fue asesinado Maximiliano Pelayo, joven de la comunidad qom. Como ocurrió cuando apareció muerto Florentín Díaz, también en Chaco, en medio de una feroz represión a militantes sociales y aborígenes que cortaban la ruta 95, hay dos versiones de los hechos.
Según las autoridades provinciales, Pelayo habría sido baleado al quedar en medio de un tiroteo entre bandas del barrio. Al acudir el Servicio de Emergencia, los efectivos policiales se retiraron del lugar, regresaron, poco después, y se encontraron el joven muerto. Así lo explicó el subsecretario de Seguridad Pública de Chaco, Mauro Flores, en diálogo con Radio Facundo Quiroga, uno de los pocos medios locales que se hicieron eco de la noticia. Sin embargo, Flores no pudo explicar por qué razones, si la Policía local no tuvo que ver con el crimen, hay dos uniformados detenidos.
Pero la familia de Pelayo afirma que se trató de “una ejecución” y que Maximiliano recibió cuatro disparos por la espalda, supuestamente efectuados por los efectivos policiales. Luego de ocurrido el hecho, la familia habría recibido amenazas a sus teléfonos particulares para que no denunciaron lo ocurrido.
Miguel Chamorro, titular del Foro contra el Narcotráfico, presentó un pedido formal a la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura Provincial, la diputada Nancy Mariel Gerzel, para que se investigue el homicidio. Para Chamorro, dirigente social, se trata de otro hecho de “violencia institucional contra las comunidades originarias” como el de Miguel Fernández, Néstor Patricio y Díaz.
Maltrato habitual. Un año atrás, los pueblos originarios de la ciudad de Resistencia, difundían un comunicado por la “preocupación e indignación por el maltrato cotidiano de parte de la policía provincial”. Eran vecinos de los barrios Toba, Camalote, El Timbó, Mapic, COTAP y Chililly, entre otros.
En julio de 2012, Fernández apareció muerto en la laguna del barrio El Timbó, supuestamente, tras escapar de la policía, un hecho similar al de Nestor Patricio, quien también falleció ahogado. Pablo Melagrini también apareció muerto, denunciaba el comunicado, tras ser acusado de un homicidio que no habría cometido.
Para el Gobierno provincial, Florentín Díaz murió por un accidente de tránsito pero, para su familia, un móvil policial lo atropelló en medio de la represión que estaban sufriendo los vecinos de Castelli en mayo de este año. En este hecho, el gobernador Jorge Capitanich no estaba en funciones y responsabilizó, indirectamente en una entrevista en el programa oficialista 678, al vice, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, con quien ha tenido serias discusiones en el manejo de las políticas públicas.
Una semana antes, Bacileff Ivanoff aclaró que “el problema con los indígenas es de Formosa". "No pasa nada en nuestro querido Chaco”, aseguró en declaraciones a FM Identidad. Sin embargo, todos los jóvenes mencionados que fallecieron en extrañas circunstancias eran integrantes de pueblos originarios.
El 1 de julio, manifestantes pedían justicia por Maximiliano Pelayo frente a la Comisaría de Fontana. Un familiar del joven relató que “le encajaron cuatro balazos de armas reglamentarias por la espalda”. Chamorro es contundente: “Se trató de otro fusilamiento”. La Justicia tendrá la última palabra.
* Autor de "El negocio de los Derechos humanos” (Sudamericana 2012) | @luisgasulla