Poco después de que se conociera la noticia de la golpiza y el asalto del que fue víctima una de las madres de Plaza de Mayo, el frente de la casa de Inés Ragni, otra Madre de la filial Neuquén y Alto Valle, que además funciona como sede de la institución, fue baleado antes del inicio del juicio por "La Escuelita", el centro de detención clandestino que funcionaba durante la última dictadura militar en las afueras de la capital neuquina.
Según informó la agencia DyN, el hecho ocurrió el lunes a la madrugada, pero recién trascendió hoy, en la vivienda ubicada en la calle Mascardi 55, en el barrio El Progreso de Neuquén.
"La vivienda en la que funciona la Casa de las Madres y vive la familia Ragni ha sido objeto de un ataque en la madrugada de este lunes", consignó la filial de la agrupación en un comunicado de prensa que publicó el diario La Mañana.
Además, indicó: "Se pueden observar los rastros de por lo menos cuatro balazos en una de las puertas de ingreso a la vivienda".
"Descontamos que se podrá dimensionar la gravedad de este hecho y la preocupación de todos ante esto que estamos denunciando", se alertó.
Inés Ragni y su esposo, Oscar, estuvieron presentes el miércoles en el inicio del segundo juicio a 24 represores acusados de delitos de lesa humanidad ocurridos en la región durante la última dictadura militar. El hijo de ambos, Oscar Alfredo, era un estudiante de arquitectura que desapareció en Neuquén en diciembre de 1976.
Desde el gobierno neuquino señalaron que este acto de violencia "constituye un agravio a esta democracia que las Madres contribuyeron decisivamente a recuperar, con su lucha inclaudicable y su ejemplo moral".
El antecedente en La Plata. Hace dos semanas, Nora Centeno, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, fue golpeada duramente en un asalto ocurrido en su casa de la ciudad de La Plata. La mujer fue sorprendida por tres hombres armados que ingresaron a la vivienda que comparte con otros familiares y la encerraron en una habitación mientras cargaban aparatos electrónicos.
Pero cuando le abrieron la puerta para que les entregara más dinero, la mujer les explicó que no tenía, que era una Madre de Plaza de Mayo. "Fue ahí cuando me empezaron a golpear -dijo luego del hecho Nora Centeno-. Con la culata de un arma me aplicaron golpes en la cabeza y el rostro y, además, me ahorcaron".