La guerra de las Islas Mavinas dejó 25.000 minas bajo tierra, colocadas por el ejército argentino en 74 días de combates contra los ingleses. Ahora, treinta y siete años después, un grupo de expertos zimbabuenses se encarga de limpiar las tierras. "Hay más de 100 campos minados" que se extienden en las Islas Malvinas, como Fox Bay, Port Howard, Goose Green, Fizroy, Stanley area, Longden, dijo John Hare, director técnico de SafeLane Global, contratada para deshacerse de las minas.
Cuando terminó la guerra en 1982, el régimen militar argentino entregó a las fuerzas británicas documentos relativos a la distribución de los explosivos. Desde entonces, los equipos de desminado emprendieron el minucioso proceso de rastreo a través de los registros, obteniendo información de antecedentes de los lugareños y explorando campos minados en busca de evidencia de posibles explosivos. Una vez terminado ese proceso, los artificieros comenzaron a limpiar los dispositivos.
"Los artificieros de Zimbabue son expertos en este trabajo. Hemos estado haciendo esto durante bastante tiempo, la mayoría estamos en nuestro 21º año haciendo este trabajo", contó Michael Madziva, el supervisor del sitio a la agencia Agence France Presse.
En 1999, una compañía llamada Bactec, una de varias que se fusionaron con SafeLane Global, fue contratada para limpiar dos millones de minas a lo largo de la frontera entre Zimbabue y Mozambique. Los zimbabuenses fueron reclutados, entrenados y desde entonces obtuvieron reconocimiento mundial por su experiencia.
"Desde 2015 he tenido básicamente el mismo grupo de desminadores", dijo Hare, que solía ser un experto en eliminación de bombas con el cuerpo de ingenieros real británico. "Son confiables, alegres y no tienen ni un problema... un grupo realmente genial de hombres con quienes trabajar", agregó.
En todo el mundo se desplegaron expertos zimbabuenses para limpiar los suelos de minas después de conflictos devastadores. Buscaron minas terrestres en Afganistán, Irak, Sudán del Sur, Eritrea, Croacia y Líbano. "Lo que los hace buenos desminadores es que aman su trabajo", señaló Madziva.
El proyecto comenzó en 2009 y se espera que finalice a fines del próximo año, según Guy Marot, quien dirige el Programa de Servicio de Desminado de las Islas Malvinas. Empezaron con el desafío de limpiar 122 áreas, y hoy solo quedan unas 12 por desminar en las Malvinas.
Actualmente trabajan en una playa cerca de la capital de las Malvinas, Puerto Argentino. Una vez extraídas del suelo arenoso por una excavadora, las minas se desarman en el lugar y luego se transfieren a una cantera para quemarlas. Las que son demasiado peligrosas para moverse son destruidas en el lugar con explosivos.
Cuando termina la jornada laboral, los artificieros van a su alojamiento compartido, donde comen, juegan al billar y miran televisión juntos. Incluso tienen sus propios chefs zimbabuenses que cocinan platos tradicionales. Forman una comunidad de unas cien personas. "La comida más común es el sadza, el mijo, nuestro alimento básico en nuestros hogares", dijo Blessing Kachidza, quien trabaja como agrimensor, mapeando áreas de desminado.
A.F.P / D.S.