Mía Leonela Gómez se escurrió por lugares que quedaron fuera de la imaginación de los adultos. El jueves, cuando sus padres no estaban, la nena de 12 años habría trepado hasta el techo de su casa y, desde allí, saltó a un árbol ubicado en una propiedad vecina, un chalet de dos plantas en construcción. Dos días más tarde, encontraron su cuerpo en ese mismo lugar, suspendido entre las ramas de un nogal, de unos seis metros de altura. La autopsia confirmó que murió por ahorcamiento.
Los investigadores, que todo el viernes hasta la madrugada habían buscado casa por casa, recién ayer, pasadas las 10 de la mañana, pudieron ubicar al dueño de la vivienda, un abogado que reside en la zona, quien abrió las puertas del chalet. La policía ingresó y revisó cada habitación. Estaban vacías. Entonces, se dirigieron al jardín. Luego de dar varios pasos, hallaron el cuerpo. Según indicaron a PERFIL, no pudieron verlo a simple vista y el único elemento que llevaba consigo era su celular, que es peritado en busca de algún mensaje o indicio
“La casa vecina está vacía porque estaba desocupada; el propietario vino esta mañana (por ayer), porque fue llamado por nosotros en el marco de un relevamiento en toda la zona que comenzamos ayer (por el jueves), incluso hubo allanamientos”, explicó el fiscal Sergio Dileo, tras el traslado del cuerpo a la morgue. La autopsia determinó que la muerte se produjo por asfixia por ahorcamiento y no detectó otros signos de violencia en el cuerpo. Por eso es compatible con el suicidio.
Por otro lado, los peritos de Policía Científica no hallaron indicios de la presencia de un tercero en la escena. Si bien aún no se descarta ninguna hipótesis, creen que la nena se habría quitado la vida
El hallazgo sorprendió a todos en el barrio de Haedo Norte, incluso, a los investigadores. El titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 6 de Morón esperaba encontrar a la nena con vida. De hecho, estaba previsto un operativo mayor, que incluía la búsqueda con caballos y helicópteros. En la madrugada del viernes, se allanaron terrenos en Monte Grande y baldíos de la zona, a donde habían llegado tras pericias informáticas.
Cerca del mediodía del sábado, la policía valló con cintas las calles perímetros al lugar del hallazgo, mientras los familiares esperaban en una esquina y los medios se agolpaban a dos cuadras de la casa. El jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, también estuvo presente. Vive a pocas cuadras de allí y se presentó en el domicilio para reunirse con los padres de la joven, que cuentan con contención psicológica del Gabinete de Asistencia a la Víctima de La Plata y del municipio de Morón.
Fuentes del caso señalaron que no encontraron cartas de despedida, pero creen que los mensajes que Leonela dejó en redes sociales sugieren el desenlace.
“Ella en su vida no era feliz”. Las palabras del padre de Leonela tras el hallazgo parecen cerrar la investigación, pero para el fiscal aún quedan cabos sueltos. Según pudo averiguar este diario, quiere determinar si hubo algún tipo de inducción, por lo que investigará a fondo los grupos de Facebook a los que pertenecía la víctima (ver aparte). El entorno familiar de la nena fue el primero que alertó sobre los contactos que pudo establecer en un grupo cerrado de Facebook.
La mamá de Leonela, Mariela Viveros, radicó la denuncia por desaparición el jueves en la comisaría 2ª de Haedo, un día después de la manifestación contra los femicidios denominada #NiUnaMenos.
Según relató, ese día volvieron juntas del colegio, salió al supermercado y al regresar, Leonela ya no estaba. “Ella dejó todo, su tarjeta SUBE, documentos y plata”, contó un tío y precisó que la chica apagó su teléfono a las cinco de la tarde y que no se pudieron volver a comunicar.