SOCIEDAD
ENTREVISTA CON EL EX JUEZ

Carlos Fraticelli: "No defenderé a violadores ni asesinos"

Escribirá un libro y trabajará de abogado.

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Confiesa que una hora antes de recuperar la libertad, tuvo miedo de volver a Rufino porque pensó que si salía a caminar por la calle la gente le iba a gritar “asesino”. Pero se equivocó. Desde su regreso, Carlos Fraticelli fue recibido como si fuese una estrella de rock.


“Ahora estoy mucho más cerca de la gente que cuando era juez. Antes tenía que imponer una distancia. Es conmovedor lo del pueblo. Pensé que algunos me iban a gritar ¡juez asesino!, pero todos me dieron su afecto”, cuenta Fraticelli.


Durante la entrevista, el ex juez estuvo al lado de su novia, Norma Tejedor, quien era su psicóloga. La pareja vive en una pequeña casa en las afueras de Rufino, sobre una calle de tierra. “Estoy vivo gracias a ella. Estamos escribiendo un libro que contará mi diario íntimo en la prisión. Contaré qué comía, cómo me trataban y todo lo que sufrí estando preso. Entré con 76 kilos y llegué a pesar 52. Ahora debo estar en 60. Viví un infierno”, cuenta con los ojos llorosos y mientras le ceba mate a Tejedor. Ayer al mediodía, Fraticelli y Tejedor volvieron a ir al cementerio municipal a visitar la tumba de Natalia. El vendedor de un puesto de flores le regaló un ramo para su hija y le dijo: “Fuerza, doctor. Estamos con usted”. Antes fue aplaudido por un grupo de jubilados que jugaba a las cartas en la plaza.

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“A Carlos lo amo porque es un gran hombre. Lo admiro. Es un orgullo haberle salvado la vida. A él lo encarceló el desamor y lo salvó el amor. Me di cuenta de su inocencia el primer día que lo miré a los ojos”, afirma.


Mientras espera que se defina su situación con la Justicia, Fraticelli –detenido por el crimen de su hija el 24 de noviembre de 2000– quiere ejercer como abogado penalista. “Quiero volver a la docencia y defender a quienes hayan pasado lo mismo que yo. Necesito trabajar porque no tengo ni un peso y me mantiene Norma. Ex compañeros míos de prisión quieren que los defienda. Por ética, no defenderé a violadores ni asesinos”, asegura. “La Corte Interamericana de los Derechos Humanos le pidió explicaciones al gobierno de Santa Fe por mi destitución como juez. Hasta podrían devolverme los fueros. Pero si vuelvo a ser juez no podría trabajar en Rufino. En realidad, en ningún lado porque me volverían loco”. Además, recordó dos situaciones que vivió en la cárcel. “Una vez me tiraron una pata de pollo por la reja. Y me dijeron que no había cubiertos. Y una tarde le pregunté a un guardia cómo había salido River. Me miró serio y me dijo: ‘Si te lo digo, me matan’. Me hicieron mucho daño”, confiesa.


En sus ratos libres, Fraticelli lee libros de autoayuda. Uno de sus autores favoritos es Osho, el gurú admirado por Natalia Oreiro, Rolando Hanglin, Nacha Guevara y Sofía Zámolo. Eso me mantiene equilibrado. Pese a todo lo que digan, nunca tomé un antidepresivo.