Al menos unas 200 mil personas se reunieron ayer en la 11ª movilización en reclamo de la legalización de la marihuana para todos sus usos, en más de 25 ciudades del país. Si bien se trata de una marcha que se replica en varios puntos del mundo, desde 1973, en el país las principales consignas son la regulación estatal de todas las drogas, la creación de clubes de cultivo y la disposición de recursos públicos para investigar los usos médicos del cannabis.
Como cada primer sábado de mayo, los manifestantes comenzaron a reunirse alrededor de las 13 en las inmediaciones de Plaza de Mayo. Allí, las diferentes organizaciones cannábicas ubicaron stands en las veredas donde vendían pipas, ofrecían revistas y mostraban una gran variedad de pequeñas plantas de cannabis.
Hacia las 18, la multitud caminó hasta el Congreso para reclamar por la legalización y autocultivo de la planta, hasta ahora ilegal. Según sus organizadores, este año asistieron 20 mil personas más que el año pasado. “Las personas que usan cannabis con fines terapéuticos están peor que antes de la sanción de la ley del cannabis, que el mes pasado cumplió dos años”, asegura a PERFIL el abogado Mariano Fusero, ex integrante de Sedronar, quien preside la ONG Reset, que se dedica a la política de drogas. “La Anmat restringió el aceite de cannabis solo para los pacientes de epilepsia refractaria, lo que es un exceso reglamentario que va en contra de lo dispuesto por la ley. Por eso, muchas personas que precisan la sustancia se vuelcan al mercado ilegal, y si pretenden cultivar, el Estado las amenaza con hasta 15 años de prisión”, explica.
Además, el abogado asegura que no se avanzó en nada en las investigaciones científicas, porque “solo se asignaron $ 1.000 diarios, que no alcanzan ni para comprar los tubos de ensayo”. “Por eso, hoy marchamos para visibilizar los derechos de las personas consumidoras de cannabis”, asegura Fusero, que estuvo presente en la movilización junto a Cannabis Medicinal Argentina, Mamá Cultiva y diferentes organizaciones.
