Editora de Sociedad y Ciudad de Diario Perfil. En Twitter: @clarafescudero
En el país, dos de cada tres menores de 18 años que están en unión matrimonial o convivencial con una pareja son niñas y adolescentes. Y la diferencia de edad que les lleva el cónyuge varón las supera en al menos de diez a quince años. Son unas 230 mil las chicas que se encuentran en esta situación de vulnerabilidad, que se damuchas veces -pero no principalmente- por cuestiones culturales, de costumbre o identitarias. El tercio restante entre los menores de edad que están casados o unidos en convivencia son varones, que tienen parejas que no superan el año o dos de diferencia.
En total, el 4,7% de las niñas y adolescentes de entre 10 y 18 años de la Argentina están casadas o conviven con hombres que casi las doblan en edad. Los datos se desprenden de un informe de la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), dirigida por la médica y Defensora de Género de PERFIL, Mabel Bianco, que forma parte del proyecto Matrimonios y Uniones Convivenciales en la Argentina.
“A pesar de lo llamativo de las cifras, se trata de un tema que está invisibilizado, y esto tiene que ver con su naturalización, con factores sociales y culturales que no cambian. Intentamos analizar cuáles son los factores determinantes familiares que favorecen estas uniones para ver de qué manera se pueden prevenir estas situaciones”, explicó Bianco durante la presentación del estudio, esta semana.
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El informe, realizado sobre la base de datos provistos por el censo poblacional de 2010, analiza la relación de estas uniones con factores clave como el abandono escolar, la maternidad adolescente y el aumento de la violencia de género. Según detalla, el “matrimonio infantil incluye toda unión formal o informal en la que una o ambas partes tienen menos de 18 años. Es forzado si uno o ambos no consintieron libremente. En menores de 15, es siempre forzado ya que no tienen capacidad de consentir”, agregó la médica y Defensora de Género de PERFIL.
El análisis incluye a la Argentina en el contexto regional, teniendo en cuenta que Latinoamérica es la región que mayor incremento de matrimonios y uniones convivenciales infantiles ha tenido en los últimos años. “La falta de estadísticas oficiales sobre el tema en el país no permite visibilizar esta situación y se sigue considerando que este no es un tema en el país”, aclaran.
Regiones. La investigación también resalta que las provincias de Misiones (7,2%), Chaco (6,9%) y Formosa (6,4%) lideran las cifras de niñas y adolescentes madres que viven en matrimonio o convivencia. Les siguen Santa Fe y Entre Ríos (5,4%), Santiago del Estero y Corrientes (5,3%), Salta (5%), La Rioja (4,9%).
En las provincias de Tucumán, Entre Ríos, Misiones y Chaco hay un mayor número de madres menores de 20 años que ya son convivientes. Una de las conclusiones del estudio es que “el matrimonio o las uniones convivenciales infantiles se consideran pertenecientes al ámbito familiar y privado. Los mandatos culturales y ancestrales existentes aún en muchas provincias y los roles estereotipados de género contribuyen a propiciar la persistencia y naturalización de estos matrimonios o uniones a edades tempranas en la sociedad”.
“Hay que analizar la realidad de niñas y adolescentes víctimas de violencia (migrantes, indígenas, con discapacidad). Si bien en el NEA y NOA el factor cultural y étnico influye, es difícil saber en qué medida siguen pesando estos factores en otras áreas. La pobreza es un determinante también de estas uniones o matrimonios”, aseguró Bianco. De las 688 llamadas que la línea 144 recibió en 2020 de menores de 18 años, la mitad era por violencia ejercida por sus parejas actuales o pasadas.
