SOCIEDAD
Quinta jornada del juicio oral

Caso Schaerer: reconocen al procesado Barzuck

Dijeron que las características físicas de uno de los principales acusados coinciden con las de quien capturó al joven. En tanto, el abogado defensor dijo que los testigos se contradijeron. El Tribunal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el 21 de noviembre.

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Cuatro de los cinco testigos que declararon hoy en el juicio que se le sigue a los cuatro imputados por el secuestro de Cristian Schaerer señalaron ante el tribunal que las características físicas de Néstor Horacio Barzuck coinciden con las de uno de los hombres que capturaron al joven, el 21 de setiembre de 2003.

Pero, el abogado defensor Roque Ramón Bronzuoli argumentó que "no hubo una identificación total" de Barzuck y recalcó que "los testigos cayeron en contradicciones".

Los testigos Leonardo Muchenick Serial, su hijo, Fernando Javier Muchenick, Aníbal Jaime Meza y su esposa, María Antonia Santana, fueron claros al describir las características de uno de los secuestradores y afirmaron que "es igual que el acusado".

Muchenick Serial y su hijo, fueron quienes se encontraban en la calle en el momento en que Cristian llegaba con su automóvil Mercedes Benz y estacionaba frente al garaje para bajarse, abrir el portón y guardar el auto. En ese instante apareció un Fiat Duna, color blanco, a bordo del cual, según determinaron los investigadores, iban José Senger, Néstor Horacio Barzuck, José Lorhman y el "paraguayito" Acosta.

Según el relato que realizaron al tribunal los Muchenick, los ocupantes del Duna bajaron con rapidez, amenazaron con un arma a Cristian y sin que éste reaccionase, lo subieron a ese vehículo con el cual huyeron raudamente. La acción fue sumamente rápida y Muchenick padre señaló que uno de los secuestradores, al que no pudo identificar bien por la escasa luz, lo apuntó con una escopeta

Tanto el padre como el hijo coincidieron en los detalles generales de lo ocurrido esa noche y pese a los intentos de los abogados defensores por hacerlos incurrir en contradicciones, sus posturas resultaron firmes y coincidentes.

Ambos hombres contaron cómo quedó el automóvil de Cristian con la puerta delantera izquierda abierta, y, en el pavimento, las llaves de la casa y una ojota, que el joven perdió cuando era llevado por la fuerza a bordo del Duna.

Los dos relatos revelaron la sorpresa, primero, y la conmoción, después, que les produjo el hecho y admitieron que en un primer momento no supieron como reaccionar, hasta que dieron aviso de lo que sucedía a la policía.

Luego de los testimonios de los Muchenick, fue el turno de Santana y Meza, quienes describieron el momento en que Cristian fue traspasado del Duna a un automóvil Corsa gris, a pocas cuadras del lugar del secuestro. El matrimonio reconoció los rasgos de Barzuck como los de uno de los que esa noche tenía capturado a Cristian y destacaron que el cambio de rodado fue "rápido" y sin que Cristian opusiese mayor resistencia.

El día del hecho Santana y Meza se encontraban disfrutando de la noche fuera de su casa, cuando apareció a gran velocidad el Duna blanco, se detuvo junto al Corsa gris, que estaba estacionado en el lugar, y velozmente lo ocuparon tres personas y Cristian, mientras que uno de los que viajaba en el Duna, subió a otro vehículo y todos desaparecieron del lugar.

Las declaraciones de estos cuatro testigos corroboran lo declarado oportunamente por José Senger, el último detenido en relación a la causa y comprometen aún más la situación de Barzuck.

"Yo no puedo decir que sea él, pero tiene todas las características de una de las personas que iba en uno de los autos esa noche", dijo la mujer ante una pregunta de los abogados defensores, lo que fue también reiterado por su marido.

La jornada de hoy se había iniciado con el testimonio de Adolfo Gómez, el policía que estuvo a cargo de la toma de fotografías para el expediente, pero su relato de esa noche no aportó demasiado y sólo corroboró aquello que se había certificado en la investigación, respecto a las condiciones en las que quedaron los vehículos, tanto el de Cristian como el Duna y las pruebas recogidas.

La audiencia de hoy culminó pasadas las 12:30 y una vez concluido el debate, el Tribunal Oral Federal decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el 21 de noviembre, cuando volverá a tomarles declaración a nuevos testigos.

El paradero de Cristian Schaerer sigue siendo hoy una incógnita, pese a que en el mes de noviembre del 2003, dos meses después de su secuestro, se pagaron más de 273 mil dólares por su rescate.

Ayer declararon la madre del joven, Pompeya Gómez; el hermano , Gastón Schaerer, y Julio Héctor Segovia y Walter Darío Aceval, los dos policías que primero intervinieron en el secuestro, que relataron cómo y en qué condiciones encontraron los vehículos utilizados para el hecho.

Por primera vez en más de tres años, Pompeya pudo contar su vivencia del secuestro de su hijo y aportar ante el Tribunal Oral Federal de Corrientes los datos que obtuvo en su participación activa en la pesquisa del hecho.

Cristian Schaerer fue secuestrado el 21 de setiembre del 2003 y en el mes de noviembre de ese año se pagaron más de 277 mil dólares de rescate, pese a lo cual, nunca fue restituido a sus familiares.