A los jefes más poderosos no se los llama por el apellido. En la villa se los conoce por el apodo o por el nombre, a secas. En la 1-11-14, del Bajo Flores, ni los fogonazos de las ametralladoras pusieron en duda el liderazgo de Marcos, el jefe narco peruano que se mueve en un auto cero kilómetro manejado por un chofer. No es el único que a su paso siembra temor y aliados en una de las villas porteñas más peligrosas. Con más balazos que consenso, los paraguayos Walter y “El Rubio” dominan parte de Ciudad Oculta, Mataderos, y de la villa 20, en Villa Lugano. Tras la violenta muerte de “Meteoro”, en la 31 bis, de Retiro, reina la anarquía. En la villa 21, que ocupa parte de Barracas y Parque Patricios, la banda más temible es la del “Gula y los siete enanitos”, liderada por un delincuente que recluta a menores de edad para salir a robar.
En las villas de la Ciudad de Buenos Aires, cada banda tiene sus códigos. Según le aseguraron a PERFIL las fuentes judiciales consultadas, en algunas se mata por el control de la droga o por la venta de armas. En otras, por mujeres o por territorio. La guerra que más víctimas se cobró se libra en las calles polvorientas de la villa 1-11-14. Se cumple un año de la masacre perpetrada en las calles Bonorino y José Hernández, durante la procesión religiosa del “señor de los Milagros”, una imagen de Cristo venerada en Perú.
En ese ataque, un grupo de sicarios irrumpió con ametralladoras y pistolas automáticas y mató a cinco personas, entre ellas una bebé de ocho meses, e hirió a siete. Los investigadores creen que el hecho fue planificado por Alionzo Rutillo Ramos Mariño, alias Ruti, un peruano que quería destronar a Marcos. “En la villa hubo más de 40 homicidios”, le dijo a PERFIL una fuente de la investigación.
De todas las causas que se investigan, la única que avanzó fue la que se tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 28 de Capital Federal, a cargo del juez Domingo Altieri, quien la elevó a juicio oral con dos acusados: Roger Reyes Zubieta, por abuso de arma y tenencia de arma de guerra, y “Ruti” por homicidios reiterados. El primero habría intentado repeler el ataque en defensa de Marcos, el narco líder que, según los testigos, no estaba en la procesión.
“Sólo esperamos la realización del debate oral”, le dijeron a PERFIL Felipe Demary y Fernando Huber, los abogados de Rutillo, detenido en el penal de Ezeiza. Es que Ruti, acusado en la causa por una de las sobrevivientes del ataque, quiere ser juzgado porque, según contó un familiar, “durante la masacre estuvo con su hijo en un shopping”.
Su hermano, “Meteoro”, fue asesinado el 6 de abril en la villa 31 bis. “Lo mató el narco que aspira a mandar en la villa”, contó una fuente.
Bandas. “En la villa 21 se registraron más de 70 crímenes en los últimos tres años”, aseguró una fuente judicial. De acuerdo con fuentes policiales, la banda más fuerte es liderada por “El Rubio”, un paraguayo que está detenido por tres homicidios. “Hay una superbanda integrada por varias sub bandas. Más que por la droga, matan por espacios, para robar, por las armas y por sus familias”, explicó la fuente. El 5 de junio de este año, mataron a balazos a dos hermanos paraguayos.
Más allá de la cruzada iniciada hace cinco meses por un grupo de vecinos, quienes denunciaron la venta de paco o pasta base a sus hijos, los narcos siguen con el control de parte de la villa 15, ubicada en Ciudad Oculta. “Cuando cortamos la calle para denunciarlos, nos amenazaron de muerte”, contó un vecino a PERFIL. El líder de la banda se llama Walter, un paraguayo al que los vecinos temen.
El panorama en la villa 20 no es más alentador. Los habitantes acusan a “Gula”, quien está involucrado en al menos diez causas judiciales por robo, hurto, lesiones y por el homicidio de David Miró, un joven asesinado a golpes por una patota el 7 de junio del año pasado. Como si fuera una versión criolla de Oliver Twist, el personaje de Charles Dickens, “Gula” dirige la banda “los siete enanitos”, integrada por menores de edad. Por los pasillos de la villa suelen verlos expectantes y en fila india, a punto de desvalijar casillas en tiempo récord.
Tiene 15 años y pedidos de captura
Considerada una de las villas más peligrosas del Gran Buenos Aires, La Cava no está al margen de la lucha de bandas. “En los últimos dos años, se denunciaron 16 crímenes”, le dijo a PERFIL una fuente policial. Las dos bandas que se disputan el control de la villa, ubicada en el partido de San Isidro, fueron identificadas como “La del chileno” y “Los Tinos”. “Los homicidios ocurrieron en situaciones diversas: por ajuste de cuentas, pelea entre grupos antagónicos, dramas pasionales o discusiones entre ebrios”, contó la fuente.
Las bandas están integradas por muchos menores. Por ejemplo, en Villa Fiorito, Lanús, donde nació Diego Maradona, un chico de 15 años registró la semana pasada 12 pedidos de captura por robo, hurto agravado y homicidio. Su última “travesura” fue apuntar con un revólver a un bebé para que su madre, que lo tenía en sus brazos, le diera una bicicleta despintada.