El sistema informático que se utiliza para la recaudación de impuestos en la Ciudad no es confiable, no presenta garantías de invulnerabilidad y no ejerce un control fidedigno sobre los casi 7 mil millones de pesos que ingresan anualmente a la Comuna en ese concepto. Así lo determina un informe de la Auditoría General de la Ciudad (AGCBA), al que PERFIL tuvo acceso, que fue aprobado el martes 6 y será presentado esta semana en la Legislatura porteña.
El Sistema Integrado de Administración de la Cobranza (SIAC) fue administrado por el Gobierno de la Ciudad hasta 1990, cuando fue traspasado a una Unión Transitoria de Empresas. En noviembre de 2001 su administración fue recuperada por la Ciudad y cedida al Banco Ciudad. Desde entonces, la Unidad de Negocios Proyectos Especiales de Tecnología Informática del banco, que depende de la gerencia general, es la encargada de administrar la cobranza de los impuestos sobre los ingresos brutos y otros, bajo la órbita de Dirección General de Rentas.
“El agente financiero de la Ciudad no tiene un control fidedigno. Posee un sistema laxo, sin los niveles de autorización adecuados y no permite el cruzamiento de datos”, explica Vicente Brusca, miembro de la AGCBA.
Según el informe, el SIAC no se relaciona con otros sistemas que se utilizan en la Ciudad y esta debilidad “se traduce en trámites engorrosos para contribuyentes y ciudadanos”, que deben presentar documentación impresa para acreditar haber cumplido con sus obligaciones fiscales.
Además, la recaudación de impuestos no está sujeta a ningún tipo de control externo, ni del Banco Central (que sólo audita las operaciones bancarias) ni de la Sindicatura General de la Ciudad. Es decir, que los casi 7 mil millones de pesos que recauda la Ciudad en materia de impuestos sólo son controlados por el mismo banco.
Otro punto importante es que no está claramente delimitado quiénes pueden acceder al sistema de control informático y hacer modificaciones que puedan alterar la información, como cancelaciones de deuda o incorporación de pagos. “ El software no es confiable. No presenta garantías de invulnerabilidad y se puede alterar fácilmente”, afirma Brusca. Es decir que, eventualmente, se podría afectar la confidencialidad de la información tributaria.
Esta semana la Auditoría notificará a la Legislatura sobre las falencias encontradas. En tanto, el Banco Ciudad ya realizó su descargo al respecto, reconoció los problemas y anunció que cambiará el sistema en breve.
“El informe busca determinar cuáles son las falencias para que la recaudación de la Ciudad mejore. La idea es que se puede lograr una mayor recaudación sin necesidad de aumentar los impuestos, solucionando los problemas internos”, concluye Brusca.
*Edición impresa del diario Perfil