Diego Maradona estuvo entre la vida y la muerte durante más de una semana a partir del 18 de abril de 2004, en el que fue el último episodio en que su salud estuvo seriamente afectada hasta que ayer fue internado nuevamente en un sanatorio porteño por una descompensación.
Los problemas Diego que terminaron afectando su salud en el mediano plazo comenzaron con la década del '90, como producto de su vinculación con las drogas, algo que había empezado varios años antes.
El primer eslabón de la cadena de sinsabores que marcarían su vida se enhebró el 17 de marzo de 1991, cuando al término del partido que su equipo, el Nápoli, de Italia, venció al Bari por 1-0, por el torneo de la primera división de ese país, fue sorteado para el control antidóping.
El 29 de marzo de ese año, la Federación Italiana de Fútbol difundió los resultados del análisis y la contraprueba efectuados a la orina de Maradona: la muestra presentó restos de cocaína.
Posteriormente, el 20 de abril, el organismo deportivo italiano suspendió a Maradona por quince meses, pena que fue fijada hasta el 30 de junio de 1992.
Antes de esa fecha, el 26 de abril de 1991 efectivos de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal lo detuvieron a él y a dos de sus amigos en un departamento de la calle Franklin 896, en el barrio porteño de Caballito.
Los policías secuestraron estupefacientes que se habrían utilizado para consumo personal.
Un día después, a las dos de la madrugada, la jueza Amelia Berraz de Vidal dejó en libertad a Maradona, previo pago de una fianza de 20 mil pesos.
La Justicia no lo procesó por tenencia de estupefacientes, pero ordenó un tratamiento de rehabilitación.
El 19 de septiembre, a raíz del análisis positivo por consumo de cocaína efectuado luego del partido del 17 de marzo, l a Justicia italiana condenó a Maradona a la pena de 14 meses de prisión en suspenso, más una multa de 3.175 dólares.
En 1994, el 6 de abril, el juez Nerio Bonifatti, reemplazante de Berraz de Vidal, puso fin al tratamiento de rehabilitación de Maradona.
El 25 de junio, el seleccionado argentino que participaba en el Mundial de los Estados Unidos de 1994 derrotó a Nigeria por 2 a 1, por la segunda fecha del certamen. Luego del triunfo, el sorteo determinó que Maradona debía concurrir para la prueba antidóping.
Cuatro días más tarde, fuentes de la FIFA indicaron que en l a orina de Maradona fueron hallados restos de cinco estimulantes derivados de la efedrina, sustancia prohibida para la práctica del fútbol profesional.
El 30 de junio, la FIFA comunicó oficialmente que el análisis efectuado a la orina del entonces futbolista reveló, la presencia de estimulantes y el 24 de agosto lo inhabilitó por quince meses, que se cumplieron el 30 de septiembre de 1995, más una multa de 15 mil dólares.
El 21 de septiembre Maradona expresó su fastidio por declaraciones del flamante entrenador del seleccionado argentino, Daniel Passarella, quien opinó que le gustaría efectuar rinoscopias a los integrantes de su equipo.
El 4 de enero de 1996 la revista Gente publicó una entrevista exclusiva efectuada a Maradona, en la que el futbolista confesó su adicción a las drogas.
El 12 de agosto, Diego se embarcó repentinamente rumbo a Suiza, un destino que ahora también tenía previsto tomar, para someterse a un tratamiento desintoxicante en la clínica La Prairie, de la localidad de Clarens.
En tanto, el 28 de agosto de 1997 Maradona dio positivo en el control antidóping correspondiente al partido entre Boca -donde jugaba- y su ex equipo, Argentinos Juniors, por la primera fecha del torneo Apertura.
El 4 de enero de 2000, en Punta del Este, la muerte se le acercó más que nunca, ya que una ingesta de drogas obligó a una urgente internación que empezó a deteriorar su corazón.
Ese fue el último mojón de real riesgo para la vida de Maradona hasta el 18 de abril de 2004, cuando fue trasladado de urgencia desde una quinta propiedad de los hermanos Mastellone, dueños de la empresa láctea La Serenísima, en General Rodríguez, hasta la Maternidad Suizo Argentina.
Allí se debatió entre la vida y la muerte durante casi diez días, pero su fuerte corazón resistió los embates de sus excesos y salió adelante.
Después, Maradona se marchó a Cuba para desintoxicarse y más tarde se realizó un by pass gástrico en Colombia y la vida volvió a sonreírle.
Sin embargo, esa sonrisa terminó siendo "tramposa", porque al sentirse bien, Diego reemplazo su adicción a las drogas por el alcohol, según reconoció hoy su médico de cabecera, Alfredo Cahe, y el partido que estaba ganando la salud, su descontrol se encargó de darlo vuelta.
Fuente: Télam