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Los documentos que comprometen a la Iglesia de Verona en el caso de abusos del Provolo argentino

Las víctimas sostienen que la institución y la curia sabían que un sacerdote era pedófilo cuando lo enviaron a trabajar con niños y niñas sordos a la Argentina.

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Verona. La residencia de Pirmati, con pedido de detención. | Cedoc Perfil

¿Alguien podría haber evitado los abusos? ¿Alguien quiso detenerlos? Es lo que la Justicia aún no puede contestar en el mayor caso de pedofilia de la Iglesia Católica argentina. Es lo que las víctimas que acusan a los sacerdotes, monjas y personas laico del Instituto Provolo en Mendoza y La Plata esperan que el Vaticano algún día pueda contestar. Dos documentos que PERFIL publica y traduce del italiano podrían sumarse a la lista de indicios que indican que las autoridades de la Curia en Verona, Italia, sabían lo que habría estado sucediendo en las distintas sedes del Provolo.

En esta ciudad del norte italiano se encuentra la sede madre de esta institución católica supuestamente dedicada a la enseñanza y cuidado de niños y niñas sordos. L’Espresso de Milán y PERFIL trabajaron durante las últimas semanas sobre el caso del hermano de la congraciacón Eliseo José Pirmati (83), quien tiene pedido de detención desde fines de abril de 2019.

La fiscal de La Plata Cecilia Cordfield solicitó la extradición de Pirmati hace cinco semanas, luego de que diera por probado que el italiano de 83 años sería uno de los sacerdotes que abusó de niños sordos en la sede platense del Provolo al menos durante los años 80 y 90.

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Los desgarradores relatos de las víctimas del Próvolo

Pirmati vivió 37 años en La Plata, entre 1970 y diciembre de 2017, cuando dejó el país para reinstalarse en Verona. El domingo 9 de junio, este medio informó que el religioso buscado se encuentra viviendo en la Casa Madre de la Congregación Stradone Antonio Provolo de esa ciudad.

Fue en la sede de esa congregación donde comenzó esta historia de abusos sistemáticos a  niños y niñas sordos que acudían al instituto educativo y al hogar del establecimiento. Los delitos, la violencia y la barbarie se habrían replicado como una pesadilla crónica a lo largo de las décadas de 1950, 1960, 1970, 1980, 1990, 2000 y hasta 2015, desplegados por Verona, La Plata y Mendoza. Es allí a donde regresó Pirmati y donde se refugia de la Justicia argentina.


Primer Documento

El primer documento es un acta de la Fiscalía General ante los tribunales de Verona, Italia, y data de 2017. Es el pedido de archivo de una presentación en torno al obispo de la ciudad, Giuseppe Zenti, máxima autoridad de la Iglesia Católica en esa jurisdicción.

*Zenti es obispo de Verona desde el 30 de junio de 2007. Fue ordenado sacerdote por el entonces obispo veronese Giuseppe Carraro, uno de los sacerdotes acusados de abuso sexual por ex alumnos sordos del Provolo en Italia. Carraro murió en 1980 y está en proceso de beatificación.

*El acta que se publica y se traduce completa en este artículo refleja la versión del obispo en torno a una disputa que mantiene con la asociación de ex alumnos sordos del Provolo de Verona que lidera Giorgio Dalla Bernardina. Uno de los puntos de la disputa es en torno al reconocimiento de que la Iglesia sabía y protegió al sacerdote Nicola Bruno Corradi, principal acusado de los abusos en La Plata y Mendoza, y también en Italia. Corradi compartió el manejo del Provolo platense junto a Pirmati hasta 1997. Luego fue trasladado al instituto en Mendoza.

*Las autoridades italianas se preguntan en el acta si Corradi fue efectivamente trasladado por la congregación del Provolo desde Verona hacia la Argentina en 1970 en medio de sospechas de abuso a alumnos italianos del instituto o si dejó Italia motu proprio para radicarse en La Plata. Este punto es central y aún ni el obispado de Verona ni el Vaticano han podido responderlo.

*Las víctimas sostienen que el Provolo y la congregación sabían que Corradi era pedófilo cuando lo enviaron a trabajar con niños y niñas sordos a la Argentina.

*“El hecho de no supervisar la conducta del sacerdote en Argentina es, en cambio, una conducta que va más allá de la responsabilidad legal del obispo Zenti, y posiblemente solo concierne a su responsabilidad ‘moral’", concluyó la Fiscalía General en el documento. La Curia sostiene que no tenía poder sobre el Provolo por tratarse de una congregación “autónoma”, que dependía directamente del Vaticano.

*En Italia, el caso de abusos salió a la luz en 2009 gracias a una investigación de L’Espresso de Milán. Se publicaron testimonios de al menos 13 sordos abusados por los sacerdotes y la confesión de uno de los curas del instituto. La Iglesia abrió una investigación pero el caso terminó casi impune.

*En 2011, casi todos los 26 sacerdotes acusados por los ex alumnos fueron absueltos por la Iglesia y sólo se les impusieron “advertencias de precaución”. Apenas se condenó a uno de los señalados, según reveló L’Espresso.

*Mientras tanto, los abusos continuaban en la Argentina, de acuerdo a las víctimas que comenzaron a declarar ante la Justicia años más tarde en Mendoza y La Plata.

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Segundo Documento

En el segundo documento puede leerse una nota escrita a mano, en la que se deja constancia de que el obispo de Verona, Giuseppe Zenti, fue interrogado en las instalaciones del Obispado para garantizarle “confidencialidad” y evitarle ir a los tribunales.

*Zenti reconoce en su declaración en 2017 que sabía de las acusaciones contra Nicola Corradi desde 2007.

*El actual obispo de Verona niega las acusaciones de los ex alumnos del Provolo e incluso sostiene ante la Fiscalía General que las múltiples denuncias de supuestos abusos sistemático de los alumnos del Provolo en la Argentina se deben a que las víctimas quieren quedarse con las “finas propiedades” del Instituto.

*Zenti admite que debió pagar 10.000 euros a la asociación de ex alumnos que lidera Giorgio Dalla Bernardina por haberlos difamado al decir en una conferencia de prensa en 2009 que las víctimas habían intentado chantajearlo. El dato era desconocido.

*Giovanni Bisoli es uno de los ex alumnos del Provolo de Verona que ayudó a destapar el caso. Acusó públicamente y ante las autoridades al ex obispo de Verona, Giuseppe Carraro, de haber abusado de él cuando era niño.

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FIscalía General

Ante los tribunales de Verona

Solicitud de archivo,

Habiendo visto los registros del proceso penal con el margen indicado, ingresado en el registro el 09/02/2017 a las 00.000, contra Zenti, Giuseppe, y por los hechos de la carátula especificada.

Considerado que:

En lo que respecta a la posición de Giuseppe Zenti, ninguna pena de responsabilidad penal parece ser imputable a la misma.

De hecho, es privado y dependiente, y dependió también en su momento, de la Congregación Compañía de María, que es una organización eclesiástica. Esta última a su vez depende de la Congregación para la Vida Consagrada del Vaticano.

Por lo tanto, cualquier dependencia del Instituto Provolo de la Curia de Verona debe ser excluida.

Una segunda observación se refiere al hecho de que Don Corradi, Nicola, arrestado en Argentina el 28/11/16 por el delito de abuso sexual infantil, se mudó (¿o fue transferido?) a ese país en enero de 1970.

En esa fecha, por lo tanto, cuando Zenti aún no ocupaba el cargo de Obispos en Verona, habría tenido que hacer un cuidadoso control del lugar al que estaba destinado el sacerdote, a la luz de sus tendencias pedófilas, en ese momento ya conocido dentro de la congregación.

El hecho de no supervisar la conducta del sacerdote en Argentina es, en cambio, una conducta que va más allá de la responsabilidad legal del obispo Zenti, y posiblemente solo concierne a su responsabilidad "moral".

Con respecto a la supuesta falsificación del informe escolar de Giovanni Bisoli, que no se encontró en el original, no surgieron elementos que permitieran identificar a los responsables de la eventual falsificación.

Finalmente llegando a la queja por calumnia presentada por el obispo Zenti contra los sujetos del "grupo" Dalla Bernardina, quienes lo acusaron públicamente, en la prensa, de vigilancia omitida sobre Don Corradi, a pesar de que el Instituto Provolo no pertenecía a la jurisdicción de la diócesis, y por lo tanto era independiente de ello.

En este punto, la ausencia absoluta de mala fe por parte de los "detractores" de la Curia debe notarse tal como son, frente a ciertos y documentados actos de horrorosa pedofilia cometidos por sacerdotes del instituto sobre niños sordomudos confiados a su cuidado (ver los testimonios de las víctimas y las confesiones hechas por don Piccoli en una entrevista grabada, y también ver las admisiones hechas por la Curia misma), considerada de buena fe para derogar una responsabilidad penal contra el obispo de Verona según el art. 40 2 ° c Código Penal

Visto los articulos 408, 411, 125 disp. Att c.p, p,

Pide que se organice la presentación del procedimiento y la consiguiente devolución de los actos a su oficina. Enviar a la secretaría para asuntos de los cuales ella es responsable.

Pide: La cuestión del decreto de presentación para la persona sometida a las investigaciones del sospechoso antes mencionado en relación con los hechos del delito antes mencionados.

 

 

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FIscalía General

Ante los tribunales de Verona

Acta de declaraciones y recibo de queja oral

Hoy, 14 de febrero de 2017, a las 4.10 pm, el Obispado di Verona, el Fiscal de la República y el Comandante Provincial de los Carabineros de Verona y Lgt. Luca Bonizzoni, también en el papel de asistente, procederá a la audición del obispo de Verona, Giuseppe Zenti.

Previo al hecho de haber tomado (la declaración) personalmente el Obispado por razones de confidencialidad, insiste en el tema de las declaraciones.

El general Vicario Mons. Roberto Compostrini también está presente.

Se advierte al declarante de la necesidad de acuerdo con la Ley de documentar en cada parte las declaraciones que se realizarán y de que también se hará el uso necesario previsto, también en relación con el proceso penal ya iniciado en la Oficina por los delitos de objeto de violencia sexual objeto de declaraciones.

"Soy Giuseppe Zenti, nacido en San Martino Buon Albergo el 07/03/1947, Obispo de Verona desde el 30/06/2007, quien sucedió al padre Flavio Carraro y después de más de tres años en Vittorio Veneto, siempre en calidad de Obispo. Primero fui vicario del padre Flavio durante dos años, primero como párroco en Legnago y antes de eso en la parroquia de María Immacolata en Borgo Milani, en la ciudad. Antes de eso, fui profesor de literatura en la escuela Goberti en Verona y en sus clases superiores durante más de 20 años. Fui ordenado sacerdote el 26 de junio de 1971 por el venerable obispo Giuseppe Carraro.

Tan pronto como llegué a Verona como obispo, recibí una solicitud para recibir a los sordomudos que ya eran estudiantes del Instituto Provolo de Verona, a quienes con mucho gusto recibí, sin saber, sin embargo, que esos ex alumnos, que se habían unido a la Asociación Nacional de Sordomudos como asociados, habían dado lugar a desacuerdos interiores, a una segunda asociación llamada Sordi Don Antonio Provolo encabezada por Giorgio Dalla Bernardina: y estos fueron los últimos solicitantes de audiencia.

Recuerdo con precisión, a pesar del tiempo, que estuvimos sentados en esta misma sala de estar, yo, Dalla Bernardina, una dama rubia que actúa como intérprete, otro sordomudo y su esposa. El objeto de la solicitud, presentado por Dalla Bernardina y expresado de manera decisiva y repentina, fue que trabaje para asegurar que pudieran hacer un uso gratuito del edificio donde se reunieron, creo que estaba ubicado en la propiedad del Instituto Provolo, departamento de hombres, así como la administración de la finca Cervi di San Zeno de la Montaña. Al amenazar a Dalla Bernardina, quien de otro modo los habría acusado de pedofilia (sic). A mi pregunta de quiénes eran los destinatarios de tal cargo, “los sacerdotes”, me respondieron. A lo que respondí: "¿Vivos o muertos?" Me respondió: “Y vivos y muertos”.

Respondí que me informaría y así lo hice ante el superior del instituto Don Provolo que, precisamente, no pertenece a la jurisdicción de la diócesis, ya que es una congregación de derecho pontificio con su propia regulación y autonomía particulares. El responsable, el padre Robert Frainer, que aún se encuentra en esa posición, me dijo que el instituto les dio acceso gratuito al edificio con el debido pago de los servicios públicos, que la asociación de Dalla Bernardina rechazó. En cuanto a la finca Cervi, se dejó en manos del instituto Don Provolo en favor de los sordos y mudos, que por lo tanto mantuvo su gestión. En esta ocasión, me enteré de la distinción mencionada en la introducción sobre los dos grupos asociados de estudiantes sordos y mudos del instituto Provolo.

Tanto es así que incluso el primer grupo me había pedido una audiencia a través de mi secretaria, que pensó en un error en la duplicación de la solicitud y no en la existencia de dos cuerpos separados.

No le dí ninguna respuesta a Dalla Bernardina, creyendo que la tarea de manejar la situación era del Instituto Don Provolo. Poco después, se desató una campaña de prensa en el semanario L'Espresso (creo que fue en enero de 2008) (NR: fue en enero de 2009) sobre la pedofilia reinante hasta 1984 en el instituto Don Provolo y sobre la implementada por el "prelado de Verona". Observo que el término prelado es la prerrogativa exclusiva de un obispo.

Luego convoqué a una conferencia de prensa preocupada por la idea del prelado de que, por lo que dije, solo podía identificarse en el director, Giuseppe Carraro, que era obispo titular durante 19 años en ese momento y que me había ordenado sacerdote. Lo consideré una acusación absurda e innoble y me sentí obligado a defender su memoria, ya que murió el 30 de diciembre de 1980.

En el transcurso de la misma también expliqué la entrevista descrita con Dalla Bernardina.

Recuerdo en particular que me preguntaron, a la luz de los potentes faros de los televisores y el punto muerto, si consideraba esas solicitudes como un chantaje y respondí que sí.

A esto le sigue una serie de artículos en la prensa y en el programa de televisión Mi Manda RAI TRE en los años inmediatamente posteriores, en los que Dalla Bernardina y otra persona informaron haber sido sodomizados, una palabra que, en mi opinión, era difícil de reproducir para un sordomudo e involucrada en una multitud, bajo el altar de la iglesia del instituto, en grupo de duchas con varios menores y sujeto a castigo con golpes de un palo y una correa. Por lo que sé, se escribieron acusaciones y luego se hicieron públicas.

También él consiguió un juicio penal que culminó unos años más tarde con una sentencia que remito al Dr. Mario Sannite, un juez en Verona y ahora retirado, (en el que) salió por primera vez un hombre sordo y mudo llamado Giovanni Bisoli, que fue escuchado por los principales fiscales como testigo durante del juicio, (y) se declaró víctima repetida de Mon. Giuseppe Carraro, quien habría estado acostumbrado a que viniera al obispado para abusar de él: una circunstancia que recuerdo bien fue calificada en la oración como una construcción mental típica de un practicante homosexual, es decir, privada de toda verdad. Además, en ese momento las dos hermanas del obispo vivían en el obispado, una de las cuales era monja, y dos secretarias que ciertamente no podían ignorar los eventos descritos por Bisoli. De los dos secretarios, uno sigue vivo, monseñor. Franco Fiorio, quien ha descartado sistemáticamente tales hechos.

El fallo de Sannite concluyó, me parece, a la probabilidad de que tres o cuatro de los 24 sacerdotes, de un total de 27, acusados de pedofilia, realmente pudieran estar manchados.

Y también que dos estudiantes de teología, ya en servicio en el instituto, habían sido despedidos porque eran sospechosos de tales prácticas.

Todo esto ciertamente no indica una actitud en el instituto de connivencia Provolo o incluso la complicidad en ellos.

También recuerdo esta historia de que ninguno de los antiguos alumnos del instituto que entonces se asociaron con la Asociación Nacional de Sordomudos en lugar del grupo de Dalla Bernardina, ha confirmado estos eventos e incluso en conversaciones conmigo en varias ocasiones han declarado que nunca los percibieron.

Y también recuerdo que dos de las 7 u 8 declaraciones sodomizadas del grupo de Dalla Bernardina se retractaron por sus acusaciones una vez que se estableció el contenido de las declaraciones que se habían firmado.

Las reacciones del grupo continuaron con las manifestaciones en Corso Porta Nueva en las que se ofendieron la iglesia de Verona y su obispo, con mascaradas y parodias. Y yo mismo fui acusado de difamación por haber afirmado ese chantaje contra Provolo que me había sido representado en la primera reunión; tanto que, por una vida tranquila y pese a mi resistencia, decidí aceptar la aplicación de la penalización con una indemnización de 10.000 euros a favor del grupo de Dalla Bernardina; después de lo cual cualquier forma de reclamo o incluso disturbio por su parte cesó. Me refiero a hace tres o cuatro años.

A.D.R .: el sacerdote recientemente arrestado en Argentina con acusaciones de pedofilia, según lo informado por la prensa, es Don Nicola Corradi, que pertenece al Instituto Provolo. No puedo decir si estuvo involucrado en la investigación judicial que describí. Lo cierto es que las noticias en la prensa local y las acusaciones que una vez más movieron a los miembros del grupo de Dalla Bernardina, no tienen nada que ver con la curia porque, como ya he dicho, la Congregación del Instituto Provolo es totalmente independiente y autónoma. Ni siquiera la Curia puede tomar medidas contra los miembros de esa congregación.

Por lo tanto, como obispo de Verona, me sentí ofendido y difamado por los recientes informes de prensa y las explicaciones que atribuyo al grupo de Dalla Bernardina, en relación con las supuestas deficiencias de la Curia en la vigilancia sobre el trabajo, en su época, de Don Corradi dentro del instituto, así como omisiones inherentes de las intervenciones de la Alta Curia para detenerlo.

Comenté esta última historia con don Frainer mismo; quien me informó, me parece, que incluso estas últimas acusaciones contra Corradi y el credo de otros sacerdotes pertenecientes a la Congregación Provolo en las ciudades argentinas de Mendoza y La Plata, son quizás la posesión de las finas propiedades del Instituto en esos lugares. Esto también de acuerdo con la autoridad administrativa del lugar.

En lo que a mí respecta, por lo tanto, me gustaría expresar de manera concluyente el deseo de que cesen estas graves acciones perturbadoras contra la Curia y que, si se encuentra la difamación, los autores sean juzgados y, si se les considera responsables, castigados.

Mi interés es que la Iglesia de Verona saldrá precipitadamente de esta vergonzosa historia. Lea, confirmado y firmado en la fecha y lugar mencionados anteriormente.

F.D.S./F.F.