Para potenciar el turismo, dicen, en una ciudad del sur de Brasil, construye un Cristo que supera en altura al de Río de Janeiro. Es así que en Encantado –Rio Grande do Sur–, aceleran su “Cristo Protector”. Un coloso de 43 metros de altura que deja “petiso” al Cristo Redentor carioca, que mide 38 metros.
Encantado es una ciudad de 22 mil habitantes, ubicada a 144 kilómetros de Porto Alegre. Como todo monumento de este tipo, la “desnudez” arquitectónica de este gigantesco Cristo impresionan. Las información dice que el costo del proyecto fue de 350 mil dólares. Y según informó la Asociación Amigos del Cristo, se financió por donaciones y cero dinero público o estadual. De hecho, en un sitio en internet siguen recolectando fondos para su finalización.
El inicio de esta obra que “corona” el Cerro de las Antenas fue en 2019, y se preve que se inaugurará a fines de 2021. Un sacerdote de la ciudad de Encantado fue quien impulsó la construcción de este “Cristo, el protector”. Los motivos: transmitir la fe del pueblo de dicha ciudad de Rio Grande do Sur, e impulsar el turismo de esa región.
Los artistas plásticos Marcos y Genésio Moura son quienes están a cargo de este Cristo. Ambos, padre e hijo, tienen cierta experiencia en obras de este tipo. Ellos construyeron el Cristo de Sertãozinho, en San Pablo. Ese momento inaugurado en mayo de 2014 se convirtió en el Cristo más alto del América del Sur. Tiene 57 metros pero para “ascender a esa posición”, los Moura lo diseñaron con una base de 39 metros, la estatua propiamente dicha tiene 18 metros.
Es seguro que el fervor religioso de quienes impulsan proyectos de este tipo debe ser verdadero. También imaginar que son, por caso, una versión de elevación de la cúpulas que los católicos buscaron en el gótico para “acercarse más Dios” además de impresionar a propios y ajenos de su poder. Ahora en el presente, la posibilidad de que en Brasil un Cristo mucho más alto que el del Corcovado le arrebate a Río de Janeiro su magnetismo turístico es una objetivo difícil de lograr. El atractivo de esa ciudad es que tanto que hasta tiene muchas cosas que, al menos “Cristo en las alturas”, condenaría. Pero en “la Tierra”…no siempre.