A partir de ahora, pedir el libro de quejas no será más un cliché sin sentido, puesto que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó que todas las dependencias del gobierno porteño con atención al público tendrán que tener a disposición de los ciudadanos un lugar donde puedan registrar sus reclamos.
Asimismo, la aprobación de la nueva norma incluye también a “locales privados con gran afluencia de público, que cuente con servicio de atención al cliente o de post venta”, según informó la agencia DyN.
De acuerdo a la flamante ley “en todas las dependencias deberá haber un cartel visible para el público en el que se informe sobre la existencia del Libro de Quejas, Sugerencias y Reclamos, el que será foliado y sellado”, mientras que la inspección del libro quedará a cargo de la Subsecretaría de Control Comunal.
A su vez, en los establecimientos privados se considerará “motivo suficiente para registrar una queja, reclamo o sugerencia” el tiempo de espera excesivo, la falta de respuesta o la falta de servicios como baños, sillas de espera, etc.
Finalmente, también se podrá reclamar por la falta de “atención específica a personas con necesidades especiales y personas mayores y todo otro factor que haga a la calidad de atención al cliente”.