SOCIEDAD

El Metrobús no alteró los tiempos en la 9 de Julio

Con el fin de las vacaciones el tránsito volverá a su nivel habitual el lunes.

Estreno. Desde el miércoles a la tarde, recorrer en colectivo tres kilómetros sobre la 9 de Julio demanda sólo entre 15 y 20 minutos. Para los autos no hubo cambios.
| Cedoc

A dos días de la puesta en funcionamiento del Metrobús de la 9 de Julio, la evaluación del sistema dejó muchos puntos positivos y algunos motivos de preocupación para usuarios y funcionarios. La decisión de inaugurarlo en vacaciones de invierno suponía tener durante sus primeros días un flujo de tránsito y una conflictividad social menor que durante el resto del año, pero la prueba más difícil comenzará el lunes.

Colectivos. En horas pico, los tiempos de viaje en colectivo se redujeron drásticamente. El colectivo 100, por ejemplo, pasó de tardar 40 minutos en recorrer el tramo entre San Juan hasta Arroyo, a hacerlo en 14’. Si se toma el recorrido total desde Constitución a Retiro, en cambio, los tiempos aumentan. Según pudo corroborar PERFIL, desde la última estación hasta la terminal se consumieron 18 minutos, más que en todo el resto del recorrido. La idea del Gobierno porteño es solucionar el cuello de botella que se forma en Avenida del Libertador mediante la construcción de un túnel, una obra que llevaría al menos dos años.

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Autos. Según la Subsecretaría de Tránsito y Transporte, el tiempo de viaje de los autos particulares en horas pico se mantuvo igual al promedio anual: lleva de 40 a 45 minutos de punta a punta. Sin embargo, los resultados son provisionales. Desde el Gobierno calculan que en vacaciones la cantidad de autos que ingresa a la Ciudad (1.200.000 por cada día hábil) se reduce en 360 mil vehículos, lo que representa alrededor de un 30%. En horas pico, cada 60 minutos ingresan a la 9 de Julio 4.500 vehículos desde la autopista Illia, mil desde Buenos Aires - La Plata y 1.800 desde la 25 de Mayo.

Una de las cartas que jugaron los funcionarios para que el flujo normal no afecte el tránsito es la nueva terminal de combis subterránea, con capacidad para 550 vehículos, que fue inaugurada el jueves. Con su implementación –ayer comenzó a funcionar– las combis dejaron de cargar y descargar pasajeros en la 9 de Julio, algo que obstaculizaba el tránsito todas las tardes y generaba embotellamientos constantes.

Paradas. Una de las principales quejas de los pasajeros es la distancia entre las paradas. Por ejemplo, el colectivo 45, que tenía 14 en todo su trayecto sobre la 9 de Julio, pasó a tener solamente cinco. Además, desde la estación Estados Unidos, la última hacia el sur, hasta Constitución, hay siete cuadras sin paradas. Un pasajero que solía tomarse el colectivo en Chacabuco y Moreno, ahora debe caminar seis cuadras hasta la estación. En compensación, los colectivos dejaron de circular por las calles interiores, con lo que disminuyeron los bocinazos y la contaminación en calles estrechas.

Cortes. La protesta que el jueves detuvo el flujo del Metrobús y causó un caos en el centro fue la primera muestra de una escena que funcionarios del Gobierno porteño y usuarios del transporte público temen que puede hacerse cotidiana. Al pasar por varios edificios gubernamentales, incluyendo el Ministerio de Desarrollo Social, y ser además una obra emblema del macrismo, los carriles exclusivos podrían ser blanco de cortes frecuentes.

La situación será aún más crítica cuando termine la peatonalización del Microcentro, que dificultará, y en algunos casos hasta podrá impedir, la circulación de los colectivos por sus recorridos anteriores.

Para prevenir las complicaciones que puedan ocasionar los cortes, se creó un cuerpo de tránsito de moto de cincuenta agentes, capacitados en el "protocolo de desvíos de colectivos". Además, se monitorea permanentemente todo el corredor por cámaras de seguridad, para llegar con la mayor velocidad posible en caso de incidentes.