Miles de turistas y millones de espectadores en el mundo que lo seguían por internet se quedaron con las ganas de apreciar uno de los espectáculos naturales más maravillosos del mundo. Porque al rededor de las cuatro de la madrugada, en plena oscuridad, cayó el Glaciar Perito Moreno. En las pasarelas no había nadie presenciando el momento.
Desprendimientos de enormes bloques de hielo, precedidos de gran estruendo, deslumbraron ayer a las personas que desde las pasarelas seguían minuto a minuto el fenómeno en el parque, que había ampliado su horario de visitas.
El río helado de 31 kilómetros que desciende de las cumbres andinas en el sudoeste de Santa Cruz, contenido por los cerros, tiene un frente de casi 5 kilómetros sobre el lago Argentino, de donde emerge unos 60 metros exhibiendo sus vetas azules y las grietas que forma en su superficie la tensión del desplazamiento.
Con sus 254 kilómetros cuadrados de superficie, el más famoso de los 353 glaciares que alberga el parque nacional no es el de mayor tamaño: antes están en Viedma, de 977, el Upsala, de 765.
Sin embargo, el Moreno es una atracción mundial por el singular espectáculo del rompimiento, que en años anteriores ocurrió en 1988, 2004 y 2006. La última vez que se vio este fenómeno fue en 2008.