“¿Por qué frente a la posibilidad de disolver un vínculo que involucra a terceros que no tienen conflictos, pero que son directamente afectados por la decisión de un divorcio, no podemos pensar en distintos caminos para explorar y ensayar la vida del divorcio antes de desencadenar el tsunami?”: esa es una de las preguntas que plantea Fiamma Baldassarini, terapeuta de parejas, en su libro “El simulacro: ensayo para un divorcio”.
El libro, publicado por Ediciones Deldragón, plantea los distintos escenarios de historias de parejas que se acercaron a la consulta terapéutica para, como ella lo define, ponerle fin a la angustia y a la renuncia de una vida mejor. “El divorcio es la ruptura del proyecto amoroso y también es la mágica libertad para empezar de nuevo”, plantea Baldassarini.
No obstante, la autora destaca que, aún cuando la propuesta de un matrimonio para toda la vida no se pudo sostener, “una evaluación reflexiva destinada a minimizar los daños colaterales” resulta indispensable para crecer.
“La propuesta de un simulacro previo a un divorcio donde se toman en cuenta, sin abogados ni jueces, todas las variables para las decisiones que luego serán definitivas, es, sin duda, la invitación a un camino de reflexión y cuidado. Así, se abre un espacio entre el pensar y el actuar que facilita transitar un cambio con características de duelo”, sostiene la psicoanalista y psiquiatra.
El simulacro: una reflexión antes del divorcio
En la terapia, de la que habla en su libro en base a historias de parejas que pasaron por su consultorio, propone tres meses donde se programa “el divorcio sin jueces ni abogados, pero con la intención de respetar las decisiones que se tomen en este acuerdo”.
“Se decide dónde van a vivir, quién está en condiciones de irse a otro lugar, cómo será la división de bienes, qué se les dice a los hijos y, además, se tratan los temas que en algún momento se llevarán a un abogado, ahora con la ventaja de que los han podido probar, como pueden ser vacaciones, cumpleaños o reunión con los maestros…”, detalla el libro sobre esta herramienta terapéutica.
La autora plantea que el simulacro sirve “para equivocarse sin daños”, y plantea una serie de preguntas para profundizar más allá de la decisión de separarse definitivamente.
“Me surgió la idea de crear una nueva herramienta terapéutica para aquellas parejas donde el divorcio aparece como una solución mágica, relativamente conocida y aceptada, frente a las dificultades que van apareciendo en la convivencia y que, con frecuencia, no son el producto de verdaderas incompatibilidades o graves ofensas infringidas, ni tampoco relaciones violentas o casos que ameriten una saludable intervención para poner fin al vínculo”, explica la escritora.
AG CP