Juan Castro murió víctima de sus propios demonios, superado por su adicción a la cocaína.
Su muerte no fue un
suicidio, ni hubo una mano negra que lo incitara a arrojarse al vacío. Al menos eso es lo que
sostiene un nuevo informe pericial difundido esta semana. Sin embargo,
Luis Pavesio, su pareja al momento de la muerte del periodista, cree que hay muchos puntos
oscuros en la investigación y tiene dudas acerca de lo que realmente pudo haber sucedido
en los momentos previos al presunto salto al vacío del joven periodista.
El informe, presentado ante la Jueza Susana M. Castañera por dos peritos del Cuerpo Médico
Forense, y cinco peritos de parte de los profesionales médicos investigados por presunto
“abandono de persona seguido de muerte”, sostiene que Juan murió víctima de un
trastorno denominado “
delirium agitado fatal
”, derivado de su adicción a la cocaína. Y sugiere que Castro podría haber saltado
del balcón en su desesperación por bajar la temperatura corporal, un síntoma del
“delirium”.
El informe renovó las dudas de Pavesio, quien asegura que desde un primer momento la
investigación dejó cabos sueltos, y
cuestiona que la jueza haya esperado cuatro años para solicitar esta pericia.
Dudas. “El departamento estaba todo revuelto, había destrozos por todas partes. Vi
mucha sangre, cortinas arrancadas, dedos marcados, parecía el escenario de una película de terror.
Que Juan sólo haya sido capaz de hacer todos esos destrozos me genera muchas
dudas”, señala Pavesio a
NOTICIAS
y agrega que no le sorprendería que minutos antes de su muerte hubiera habido alguien más en
el departamento de Castro.
Si bien no puede asegurar que Juan fue inducido a tirarse por el balcón, Pavesio hace foco en
la escena de la tragedia. Así, cuenta que después del episodio entraron al departamento “diez
peritos sin guantes, y cambiaron cosas de lugar, lo que hace complicado poder determinar si más
personas estuvieron allí con Juan”.
Otra de las cosas que le llaman la atención a la ex pareja del periodista es el último
contacto que tuvieron, unas horas antes de la caída. “Hablé por teléfono con Juan a las 5 de
la tarde y lo escuché muy bien. Antes de las 19 me avisaron que había caído desde el balcón”.
Más información en la revista
Noticias