Y no es para menos: un niño que cursa cuarto grado en Carmen de Patagones le sacó la pistola a un policía, le apuntó y trató de dispararle. Como el arma tenía el seguro puesto no salió ninguna bala. De esta manera, el efectivo se salvó.
El fantasma de Junior sobrevuela los ámbitos educativos de esta ciudad, al sur de la Provincia de Buenos Aires. El joven, hace dos años, entró a su aula y sacó un arma que pertenecía a su padre, efectivo de la Prefectura. De inmediato comenzó a disparar a mansalva contra sus compañeros, tres de los cuales resultaron muertos y cinco heridos.
Esta vez, el intento de ataque se produjo en la escuela primaria nº 11 a donde un policía acudió para ayudar a un niño de primer grado que estaba lastimado en el suelo, según informó el Diario Río Negro.
Juego peligroso. Como si fuese un juego, mientras el policia se encontraba auxiliando al menor, tratando de levantarlo, otro niño le arrebató su arma y comenzó a dispararle una y otra vez.
Como la pistola tenía el seguro colocado, las balas no salieron. Esta situación provocó pánico entre los presentes, que temieron lo peor y se arrojaron al suelo..
“La acción de tomar el arma y colocarla en posición de disparar, como habitualmente lo hacen los chicos en los juegos, generó pánico entre los que se encontraban en el lugar en ese momento”, explicó un vocero.
Violencia sin límites. De acuerdo al mencionado matutino, en la primaria Nº 11 los hechos de violencia se suceden desde hace tiempo, pero no aparece ninguna ayuda que pueda contenerla.
Los propios docentes habrían sido en más de una oportunidad objeto de robos en el interior del establecimiento, además de insultados y hasta golpeados por los chicos.
Según se informó, varios alumnos fueron víctimas de golpes de sus propios compañeros.
El niño de primer grado al que el policía socorría ayer se habría lesionado él mismo en una de sus muñecas con la punta filosa de un lápiz. Ese mismo niño habría tenido otro intento de autoagresión hace unos días tras la pérdida de su padre, según trascendió
