En Facebook cualquiera puede ver quiénes son nuestros conocidos y familiares, hay gente que incluye sus preferencias políticas, el lugar donde trabaja, la universidad en la que estudió, y hasta las películas que le gustan. “Sin ser alarmista, es fundamental tener en cuenta que cada dato que una persona brinde en Internet puede ser utilizado con fines maliciosos. Por eso hay que elegir el nivel máximo de privacidad”, recomienda Cristian Borghello, especialista en seguridad informática.
“Para los chicos los riesgos son mayores, sobre todo si aceptan como contacto a cualquiera. Existe gente que crea perfiles para distribuir pornografía, incluso infantil. Y a diferencia de los sitios pornográficos ‘legales’, aquí no hay ninguna advertencia de que se va a acceder a material prohibido para menores”, explica el jurista Raymond Orta, especialista en nuevas tecnologías y director del portal Informática Forense. “En países como Argentina, donde han sido frecuentes los secuestros virtuales, cuanta más información uno da sobre sí mismo, más expuesto queda a este riesgo”, añade.
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