La ola de calor no termina y cada día es más insoportable. Frente a esta interminable seguidilla de días con temperaturas extremas, distintos especialistas en meteorología advirtieron que la Argentina atraviesa el verano más cálido de su historia por una suma de “factores desafortunados”, que van desde la variabilidad natural hasta la influencia del cambio climático.
“Esta ola de calor es una combinación de factores desafortunados. Por un lado, por el efecto del cambio climático producido por actividades humanas cada vez que la atmósfera produce un período cálido hay más chances de que se tenga una ola de calor”, indicó, en diálogo con la agencia Télam, Carolina Vera, doctora en Ciencias de la Atmósfera e investigadora principal del Conicet.
Vera consideró que “antes era muy raro que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tenga temperaturas por arriba de 34 grados y ahora es mucho más frecuente”.
El 2 de marzo la ciudad de Buenos Aires alcanzó los 38 grados, superando la marca histórica de 37.9 del 7 de marzo de 1952, y llegó a una sensación térmica de 43 grados.
Para Leandro Díaz, climatólogo en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (Cima) del Conicet y la Universidad de Buenos Aires (UBA), existen “causas múltiples que favorecieron condiciones más cálidas y secas”, como la influencia de altas presiones sobre el Atlántico Sur y del fenómeno natural de La Niña, que afectó al país en los últimos tres años con una sequía extrema.
