“Ciudad Heroica” eso es lo que quedó en limpio para Stalingrado luego de la batalla feroz que durante dos años mantuvieron el Wehrmacht, el ejército alemán, y el Ejército Rojo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
El objetivo de las tropas nazis, con la ayuda de sus aliados del Eje, era controlar la ciudad soviética de Stalingrado, que hoy se llama Volvogrado.
Así, entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943, ambas fuerzas se enfrentaron ferozmente dejando un saldo de dos millones de soldados y civiles muertos, entre las pérdidas de ambos frentes. Sin embargo, hubo más pérdidas aún en uno de los enfrentamientos más cruentos que dejó la Segunda Guerra Mundial por el control de Bakú, Grozni y Maikop, los pozos petroleros de la región del Cáucaso, entre Europa Oriental y Asia Occidental.
La derrota nazi significó un golpe muy duro para la voluntad hegemónica del nacionalsocialismo de Hitler, cuyas tropas quedaron literalmente heridas de guerra y nunca más pudieron recuperarse.
La derrota de Stalingrado demostró al mundo que las tropas alemanas no tenían logística para sobrevivir y triunfar en el vasto territorio ruso que se extendía entre el Mar Negro y el Océano Artico.
En consecuencia, la Batalla de Stalingrado fue el comienzo de una serie de derrotas –como la de Kursk, en agosto de 1943- y terminó acelerando la caída del dictador alemán y sus aliados.
Stalingrado, ciudad heroica
Luego de un bombardeo masivo sobre Stalingrado, el plan de ataque conocido como Operación Azul contemplaba cruzar el río Don y tomar la ciudad en todas y cada una de sus casas en una verdadera caza de ratas Rattenkrieg ("guerra de ratas").
Sin embargo, un contragolpe soviético contra las tropas del Eje tomó control del Don y dejó encerrados dentro de la ciudad al 4º y 6º ejército invasor, 330.000 soldados que terminaron muriendo de hambre y frío en noviembre de 1942.
Hermann Gôring les prometió alimentos y medicinas que les acercarían por vía aérea, pero nunca llegaron.
El río Volga dividía la ciudad en dos y las tropas invasoras nunca pudieron controlar la otra orilla. Hitler seguía obsesionado con controlar la ciudad, en vez de ordenar la retirada.
Los últimos cercados, bajo las órdenes del general Friedrich Paulus a cargo de los sobrevivientes del 6º ejército, finalmente declinó y presentó su rendición a las tropas soviéticas junto con los pocos hombres que le quedaban. Era el 3 de febrero de 1943 y Hitler , enceguecido, se dio cuenta que ni siquiera sus mayores fieles le obedecían. Había ascendido a Paulus al cargo de mariscal para que resistiera.
Stalingrado desafió a Hitler
Hitler estaba conduciendo a Alemania al desastre económico y la autodestrucción. El 20 de julio de 1944, el Plan Valkiria, un golpe cívico-militar quiso poner punto final a la vida de Adolf Hitler, negociar el fin de la guerra con los aliados y establecer un nuevo régimen. Sin embargo, la bomba que debía acabar con su vida en la Guarida del Lobo (Polonia) falló y el dictador alemán solo sufrió heridas.
El golpe sin embargo agudizó las sospechas de quien se sentía con los días contados.
Hitler mandó detener a 5000 sospechosos del Plan Valkiria, fusiló a 200 y a varios centenares más sometió a los Tribunales del Pueblo. Sin embargo, unos cuantos optaron por ingerir una cápsula de veneno antes de llegar al estrado justiciero de las SS.
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