Asegura que “no estaba acostumbrado a tener jefes” y que ése fue “un hallazgo positivo”. Freire dice que, a los 44, eligió aceptar el desafío de la gestión pública porque “creo que la innovación pasa indefectiblemente por las ciudades”.
El equipo que articuló entre las distintas áreas que el MMIF integra (que incluye también los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018 y sumó al ente de Turismo, antes un ministerio) sigue el lema de “innovar, pero centrados en el vecino: no creo en los papers, sí en que cada cosa que hagamos le cambie la vida a al menos 85 mil personas”, enfatiza. Para los JJ.OO., uno de sus proyectos más ambiciosos, trabajará un equipo especial de 600 personas. “Queremos que sean los mejores de América”, asegura.
En su ministerio, ubicado en un piso del remozado edificio Lezama, “trabajamos de forma disruptiva, con espacios pensados como laboratorios de desarrollo –como el de Ciudad Inteligente– y potenciando talentos internos”. También reciben emprendedores –en un equipo interdisciplinario integrado por, entre otros, Marcos Galperín (Mercado Libre) y el CEO de Preguntados, Máximo Cavazzani– y los orientan para poner en marcha y potenciar sus proyectos.
Online. En cuatro años, Freire asegura que Buenos Aires será una ciudad ciento por ciento conectada: “Queremos hacer del wi-fi un verdadero bien público y que haya mil puntos de acceso que realmente funcionen”. Para potenciar la interacción virtual, lanzarán además Mi BA, una app y también una tarjeta física –al estilo de la SUBE– que permitirá manejar todas las interacciones del vecino con la Ciudad: desde denuncias de baches y pedir un turno en un hospital, ver la historia clínica y manejar el pago de una multa que llegue en tiempo real.
