Se trata de una tradición británica que data desde 1921. Para conmemorar a los caídos en conflictos bélicos se usan amapolas artificiales ("remembrance poppy") como prendedores en la ropa, o bien se depositan amapolas naturales en las tumbas o memoriales de los fallecidos.
La costumbre fue inspirada por el poema In Flanders Fields escrito por el teniente coronel médico John McCrae, quien lo escribió en diciembre de 1915 tras presenciar la muerte un amigo, también teniente, durante una batalla cerca de un campo de amapolas en plena Primera Guerra Mundial, según consignó BBC News.
En esta semana, una anónima flor de amapola fue encontrada sobre la tumba del Teniente 1º (post mortem) Roberto Néstor Estévez, del Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 25, en el Cementerio de Darwin, de las Islas Malvinas.
Todos los 11 de noviembre se celebra, en los países que conforman el Commonwealth, el Día del Recuerdo o Día de los Veteranos. Tal vez la amapola haya sido dejada en esa fecha del año pasado, o bien el reciente 24 de febrero, en cuya misma fecha de 1957 nació Estévez.
Perfil.com contactó a Sebastián Socodo, cuidador argentino del Cementerio de las Islas Malvinas, quien confirmó que "pudo haber sido cualquier persona". Cierto es también que en junio de 2012, excombatientes ingleses junto con el entonces secretario de Estado británico para América Latina, Jeremy Browne, depositaron amapolas en el cementerio San Carlos de la isla Soledad y también rindieron homenaje a los argentinos caídos cuyas tumbas yacen en el camposanto de Darwin.
Estévez fue un oficial del Ejército Argentino, murió a los 25 años, en la Batalla de Pradera del Ganso. La figura del teniente fallecido es una de las más importantes influencias en el Ejército Argentino, catalogado como un ejemplo de "liderazgo, valor y coraje". Tal vez estos valores hayan sido también admirados por los experimentados militares británicos quienes en contadas ocasiones confesaron su respeto por los soldados argentinos. Respeto que, en múltiples casos generó una particular amistad, tal vez inexplicable por ellos mismos.
A metros de la tumba de Estévez se encuentran una serie de tumbas anónimas. Una de ellas, también es acompañada por otra amapola.
Desde 2012, el Estado argentino viene requiriendo al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que trate la cuestión de la identificación de los restos de los 123 soldados argentinos no identificados caídos en la islas. A comienzos de noviembre de 2015, Peter Maurer, presidente del CICR manifestó su optimismo sobre el avance del proceso a partir de la reunión mantenida recientemente con la contraparte británica. A su vez, reiteró la disposición de la Cruz Roja para facilitar el proceso de exhumación e identificación de los cuerpos.
Fuentes de Cancillería confirmaron a Perfil.com que se está trabajando intensamente en este sentido y se esperan importantes novedades próximamente. Sólo se espera la aprobación del Reino Unido para que una misión técnica de evaluación de la Cruz Roja se despliegue en el terreno para cumplir con el objetivo señalado.
De momento, las amapolas continúan con su reposo en silencio sobre las tumbas al rendir homenaje a los caídos, hayan sido argentinos o británicos.