SOCIEDAD
Asesinato como ofrenda a San La Muerte

Las aterradoras revelaciones en el juicio por el crimen satánico en un pueblo de 1.800 habitantes

Juan Marcos Correa tenía 39 años cuando fue asesinado en Amenábar. Fue en 2020 y esta semana comenzó el juicio contra el presunto autor del crimen: Carlos Emanuel Lucero, vecino del mismo de pueblo. Según la acusación, lo atacó a golpes, lo acuchilló, lo decapitó y le sacó el corazón para ofrendarlo después a San La Muerte, un santo pagano venerado por delincuentes.

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El acusado por el crimen satánico. | Cedoc Perfil

La tranquilidad del pueblo de Amenábar se vio sacudida en octubre de 2020. Primero se dio una alerta de búsqueda de paradero y más tarde se descubrió lo peor. Juan Marcos “Tito” Correa (39) había sido encontrado asesinado con crueldad. La fiscalía establecería que se había tratado de un sacrificio humano como ofrenda a San La Muerte. A la víctima le habían sacado el corazón y la decapitaron. Su cuerpo lo encontraron a metros de un altar del santo pagano. Mañana serán los alegatos de las partes para el único acusado por el atroz crimen.

En el banquillo de los acusados está sentado Carlos Emanuel Lucero. Tiene 37 años, es argentino y vivía, al igual que la víctima, en Amenábar. Se trata de un pueblo del sur de la provincia de Santa Fe con menos de dos mil habitantes, según el censo de 2010, y conformado por unas cien manzanas.

En el mapa se divisa a Amenábar como un cuadrado perfecto a la vera de la ruta 33. Todo a su alrededor es campo. Pertenece al partido de General López y está ubicado a 69 kilómetros de Venado Tuerto.

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En 2020, la tranquilidad del pueblo se vio alterada. A fines de septiembre Tito Correa había desaparecido; su familia hizo la denuncia de búsqueda de paradero en los primeros días de octubre y comenzaron las medidas para localizarlo. Hasta se puso a disposición un dron para intentar visibilizarlo desde las alturas.

Pero Tito había sido asesinado. Su cuerpo fue encontrado el 13 de octubre en el sector del basural cerca de un monolito casero de San La Muerte, el santo pagano que por lo general es venerado por los delincuentes que le piden su protección antes de realizar un delito.

El cuerpo de la víctima había sido enterrado en cercanías de un altar que estaba armado con ladrillos y había una figura en yeso de San La Muerte en su interior.

Según reconstruyó la Justicia, Lucero lo llevó engañado a Tito a una zona conocida como Nuevo Basural aprovechándose de “su estado de vulnerabilidad” por un uso problemático con estupefacientes. Lo golpeó, lo acuchilló, le sacó el corazón y lo decapitó. Luego enterró el cuerpo envuelto en bolsas.

En la última semana, de martes a jueves, se desarrolló el juicio en los tribunales de Rufino donde los jueces Mariana Vidal (presidenta), Mauricio Clavero y Adrián Godoy escucharon las declaraciones de una veintena de testigos. Entre ellos declaró un sacerdote especializado en creencias.

Los alegatos de las partes se realizarán el lunes 9 de octubre por la mañana y luego los magistrados informarán cuándo se dará a conocer la  sentencia, informaron fuentes judiciales a PERFIL. Los fiscales Rafaela Florit y Mauro Menéndez habían adelantado antes del comienzo del debate que iban a solicitar la prisión perpetua para Lucero.

Para ellos, quedó acreditado el accionar del acusado durante el debate y los agravantes por los que llegó a juicio. “El padre Ernesto Aguera es un experto en teología y se presentó como testigo experto. El motivo por el que nosotros quisimos que esta persona, conocedora de lo espiritual, fuera testigo es porque la motivación del homicida fue la consagración de esta vida, de este ser humano, a su creencia en San La Muerte“, contó el fiscal Menéndez al sitio local Ver Tv y destacó: “Necesitábamos la opinión de este experto para que pudiera ilustrar de qué se trata esta creencia y poder comprender la motivación, la capacidad, la peligrosidad que representa todo esto: a segar una vida a fin de ofrendarla a una creencia”.

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El hecho

En su momento, los investigadores llegaron al acusado luego de un llamado anónimo. Allí mencionaron un basural, una casilla en la que vivía Lucero y un altar casero del santo pagano.

Las brigadas policiales rastrillaron la zona a pie y con perros. Ahí encontraron enterrado el cuerpo. El acusado para ese 13 de octubre de 2020, en plena pandemia por el coronavirus, estaba detenido por una denuncia de violencia de género contra su pareja.

Allí les narró a otros detenidos lo que presuntamente había hecho con Tito y dónde había enterrado el cuerpo. La descripción coincidió con el hallazgo del cuerpo.

Para los fiscales, Lucero “llevó a cabo su conducta delictiva” entre el domingo 27 y el miércoles 30 de septiembre de 2020. Según la investigación, el acusado actuó con “la intención de hacer un sacrificio humano como ofrenda a San La Muerte”.

Destacaron que Lucero era devoto del santo pagano. En una de las imágenes de sus redes sociales se lo puede ver con una remera en alusión a San La Muerte.

Los fiscales detallaron que “las partes del cadáver fueron halladas en bolsas de nylon enterradas en cercanías de un altar armado para venerar al santo pagano del que es devoto el acusado”.

El fiscal reconoció no se trató de “un caso como los otros homicidios” y que por sus “características se trató de un caso complejo”. Aún queda definir si el tribunal avalará la hipótesis fiscal y el destino del acusado que se definirá tras los alegatos de cierre pautados para mañana.