Alfajores de pescado y de morcilla. Chorizos de ciervo, “ladrillos” de yacaré y una hamburguesa dulce de queso y chocolate. Los chefs y cocineras se animan cada vez más a jugar con texturas diferentes, combinar sabores que podrían parecer antagónicos y reversionar platos clásicos. Estas originales propuestas se pueden disfrutar en esta edición de Masticar, que sigue hasta hoy en el predio de El Dorrego.
Los que son fanáticos de los alfajores no pueden perderse dos versiones saladas. Uno es el que ofrece el puesto de Chila: tiene morcilla, cacao y está recubierto con charqui de llama. “Es un snack ideal para compartir con amigos”, explica su creador, el chef Pedro Barguero. El de El baqueano está hecho con tapas de langostinos y el relleno es una cazuela de mariscos.
Los que buscan carnes alternativas pueden optar por el chorizo de ciervo en pan brioche con chucrut morado, que ofrece Pablo Buzzo. Una de las opciones de Pura Tierra y Gapasai para esta feria es un “ladrillo” de yacaré, emulsión de hierbas y puré de coliflor.
Los hermanos Petersen junto al pastelero Juan Manuel Herrera crearon una versión de croissant salada. “Tiene una masa bicolor y relleno de palta, tomate y albahaca. Lleva una cubierta de yogur con queso crema, de cabra y crocantes de semillas y calabaza”, explica Herrera.
Para los que se animan a sabores diferentes está la hamburguesa dulce de Joaquín Grimaldi, de Elena. Es un medallón de helado de queso patagonzola bañado en chocolate, praliné, panceta caramelizada y reducción de tomate.
En el mundo de las bebidas también hay muchas opciones. Una de ellas es la matelada, una infusión de yerba mate, jugo de quinotos y almíbar de cedrón, de Inés de los Santos.