En un principio fueron los entrenadores personales. Luego, los que compraban nuestro guardarropa. Y hoy, al mundo de los asesores personalizados se sumaron cocineros a domicilio, expertos en color, especialistas en entretenimiento, y hasta coaches familiares, entre otros. En la era en la que los consumidores quieren un trato orientado a sus gustos y preferencias, se abre un mercado prometedor para los life planners, que orientan sobre algún aspecto de la vida social de manera especializada.
“La revolución digital y su posibilidad de que todo lo que hacemos sea casi a medida se desplaza cada vez más a todas las categorías de consumo”, explica sobre esta tendencia Ximena Díaz Alarcón, directora socia de Trendsity, consultora de consumo. “Cada vez se democratizan más las experiencias diseñadas sobre la base de conocer quién es cada consumidor. Hoy, además, estas opciones están dirigidas a prácticamente todos los públicos”, suma.
Y como la variedad de la oferta es cada vez más amplia, se puede contar con uno en cada aspecto de nuestras vidas. Es el caso de Ricardo Sarmiento y Mauro Colombini, quienes empezaron, casi como un juego, con Personal Entertainer!, un espacio que busca asesorar a la gente en una elección que involucra un gusto muy personal: ir al teatro. “Tras un posgrado en administración en artes del espectáculo, empecé a ver cada vez más teatro, especialmente del circuito alternativo. Esto llevó a que, naturalmente, amigos y conocidos preguntaran qué ver o nos acompañaran en estas incursiones”, explica Sarmiento. ¿El resultado? Muchos que nunca habían ido a ver teatro pedían repetir. “Así nació la idea de personalizar la salida al teatro: por un lado, quienes nos consultan nos dicen con quiénes irán, sus intereses y horarios, y les sugerimos un menú acorde, u organizamos varias salidas mensuales para las que reservamos y compramos las entradas”, detalla. Las empresas también están empezando a incluir el teatro entre sus beneficios.
Qué me pongo, qué comemos. Más allá de qué se usa, hoy se puede contar con una asesoría personal sobre los colores que realzan a cada persona. “La colorimetría sirve para tener un guardarropas estratégico que quede bien y, a la vez, perdure en el tiempo, ya que se determina un tipo de paleta de tonos”, explica la diseñadora Carolina Aubele. Esto se determina en función de los tonos que por naturaleza tiene y del contraste que existe entre los colores de la piel, los ojos, las cejas y el cabello. El valor del servicio es de $ 1.800.
Otra nueva actividad personalizada son las clases de cocina a domicilio con los alimentos con los que el propio alumno cuenta en su casa.
“Armo programas de menú en módulos según los gustos de mis clientes. En una clase armamos una entrada, un plato principal y un postre”, cuenta la chef Rocio Lazarczuk, que asegura que los varones se animan a más y preparan platos con técnicas simples de recordar. Cada clase cuesta mil pesos.
Mejores padres. A su vez, existen los coaching familiares que ofrecen orientar acciones que mejoren los vínculos. Desde la Fundación Coaching Familiar, José Luis Ciciaro explica que puede ser necesaria la preparación para manejar las relaciones humanas. “El error que muchos cometen es aspirar a tener una familia sin la suficiente preparación. Por eso ofrecemos encuentros presenciales y material de estudio y reflexión; y un seguimiento con un mentor personal”,
afirma. Según Díaz Alarcón, “aún hay más nichos por explotar: es una tendencia que crece”.
Personal trainers, pioneros
La oferta de servicios personalizados no es nueva: hace casi treinta años que, en la Argentina, hacer ejercicio es más una cuestión de voluntad –y de bolsillo, claro– que de tiempo. Los entrenadores personales, que al principio eran simples profesores de educación física que ofrecían acercar la rutina de ejercicios a domicilio, hoy están profesionalizados al punto de brindar servicios tan variados como rutinas que combinan ejercicio aeróbico, pilates y técnicas varias hasta aquellos que los contratan no sólo para que los entrenen a ellos sino también a sus hijos. Para esos padres, los chicos logran así mejores resultados para su salud y su disciplina, y no sienten la competencia de algunas actividades grupales. Los trainers también acompañan a algunos de sus clientes a sus lugares de veraneo o les arman planes a medida si viajan para que se lleven, incluso, cargados en su celular.