La pregunta que inquieta a varios sectores de la oposición es cómo y con qué métodos el ministro de Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, logró “limpiar” –así se refieren los funcionarios a los operativos– en menos de un año casi cien plazas porteñas donde vivía gran parte de las 700 personas que están en situación de calle en la comuna desde hace años.
La respuesta que más conforma, pero preocupa, responde al regreso a la actividad de un grupo conocido como “fuerza para tareas especiales”, que se creó durante la gestión de Aníbal Ibarra, pero que ahora, aggiornado, trabaja para Macri.
Se trata de un cuerpo de 29 civiles bastante corpulentos y de aspecto poco amistoso –algunos los recuerdan como “los tiburones”– que trabajan de sol a sol, en tres turnos de ocho horas y con una agenda bien clara para “limpiar de intrusos los lugares públicos, en nombre de la ley”, tal como reconocen con soltura ellos mismos.
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