SOCIEDAD
Cómo era su mansión

‘Marcos’, un capo narco que vivía como un rey

Lo acusan de controlar el negocio de la droga en la villa 1-11-14. Se sospecha que contaba con cien empleados. Su casa tenía piscina y hasta un salón para reuniones.

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Vip. Pileta de natación, sala de reuniones con una máquina de videojuegos, y un living con todos los lujos. Así vivían Marco Estrada González (der.) y su mujer Silvana Salazar (der.) en Ezeiza. | Cedoc Perfil

En la 1-11-14, a Marco Antonio Estrada Gonzáles lo llaman “El Padrino” y “El Señor de Los Cielos”, el alias de Aurelio Casillas, líder del cartel de Juárez. Y aunque los investigadores calculan qe la ganancia de la organización en el barrio de Bajo Flores, es de entre 8 y 10 millones de pesos mensuales, no esperaban toparse con los costosos caprichos del capo narco en su casa de Ezeiza: una mesa ratona con la letra “M” como pie, costosos adornos, muchas alhajas y una consola de video del juego Mortal Kombat en una sala de reuniones para recibir a siete personas. En el garage, también se notaba el buen pasar del peruano: allí guardaba cinco autos y motos de alta gama.

La vivienda, –ubicada en el barrio “La Celia”, también habitado por el ex ministro de Seguridad bonaerense Alejandro Granados– fue allanada este viernes en la Operación “Marco Final” por agentes de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Federal, al mando de Jorge Casas, por orden del juez Sergio Torres.

El jefe de la fuerza, Néstor Roncaglia, creó este año un equipo exclusivo para a investigar a ‘Marcos’. Este viernes supervisó los allanamientos que también se desplegaron en el interior del barrio del Bajo Flores, en la ciudad de Buenos Aires. Estiman que los dos ladrillos de cocaína, los 11.748 envoltorios de paco y los 361 panes de marihuana que fueron secuestrados en el operativo estaban destinados a la venta de sólo una semana. 

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En una carta que envió, mediante sus abogados, a PERFIL en abril de 2015, el capo narco intentó despegarse del mote de jefe narco: “Quieren asimilar mi imagen a la de Pablo Escobar”, dijo. Pero, ¿cómo justificó el salto de la villa a la residencia en Ezeiza? “Junto con un amigo armamos una empresa de compra y venta de bebidas y productos alimenticios. Vivimos de eso, pagando los impuestos, inscribiéndonos en AFIP y cumpliendo todas las leyes”. Antes, cuando residía en el barrio del Bajo Flores, ‘Marcos’ aseguró que sobrevivía con las ganancias de un ciber y un taller de zapatillas. Ninguna de estas actividades podría justificar los bienes hallados en su hogar. Además, los detectives creen que todos los comercios que la familia del peruano tiene en la villa funcionan como pantalla para la venta de droga.

Tras la detención, la investigación apunta a conocer el entramado de lavado de dinero de la banda. Con este fin, ‘Marcos’ y su mujer, Silvana Salazar, habrían creado cinco iglesias evangélicas. Según relataron fuentes de la causa, en la que colaboró la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, ‘Marcos’ se comportaba como un CEO de la droga, “no tocaba lo que producía ni el dinero”. En este sentido, es importante corroborar la declaración de un arrepentido sobre el rol de una mujer de nombre “Gladys”, quien sería la encargada de trasladar el dinero producto de la venta de estupefacienes desde la villa a la casa de Ezeiza y comunicar las órdenes de los líderes, así sea cobrar algún dinero, tomar casas a la fuerza o matar.

Calculan que más de  cien personas, cincuenta de ellas ya condenadas, estarían bajo su órbita. Entre ellos, “El Niño Azul”, un hombre que habría cobrado importancia en la estructura luego de pasar un tiempo en prisión sin dar información a la Justicia. De dealer pasó a “administrar la receptación de la droga dentro de la villa, controlar su venta y, posteriormente, elevar el producido al grupo de mayor jerarquía; además estaría a cargo de pagar el trabajo a los “perros” y “tranzas”, quienes se dedican a cuidar y alertar, así como vender droga al menudeo”.

Desde 1999 a 2010, Marcos fue condenado en tres oportunidades. Las detenciones, los sucesivos allanamientos y secuestros no fueron suficientes para mantenerlo fuera del negocio. ¿Será ésta la definitiva?