SOCIEDAD
Ley de Economía Popular y Social

Más de 1.500 emprendimientos populares ya integran las cadenas de producción porteñas

A un año de la sanción de la ley en la Legislatura, cada vez más proyectos laborales surgidos en los barrios populares se potencian con los programas de integración impulsados desde el Ministerio de Desarrollo Humano.

20211219_barrios_populares_cedoc_g
Barrios populares. Textil, gráfica y gastronomía son los segmentos de la economía informal que más se desarrollaron en este tipo de conglomerados. | cedoc

A un año de la sanción de la Ley de Economía Popular y Social porteña, poco a poco la normativa, que fuera votada por unanimidad en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, va generando las condiciones necesarias para el fortalecimiento de este tipo de economías y para que puedan lograr su integración a las diferentes cadenas de valor de de la Ciudad.

En este sentido, y desde que se implementó la ley, los programas de asistencia financiera ya ayudaron a más de 5.100 emprendedores y trabajadores de los barrios populares, sobre todo. Los datos surgen del Registro de Unidades Productivas de la Economía Popular y Social (Rupepys), que funciona como la puerta de acceso a las herramientas que ofrece el Gobierno de la Ciudad, a través del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. En los primeros cinco meses de funcionamiento, ya hay más de 1.500 unidades productivas inscriptas (cada unidad es un emprendimiento que puede ser desarrollado por una sola persona o varias) y el objetivo es alcanzar las 3.500 a finales de 2022.

“Estamos convencidos de que la mejor política social es el trabajo y sabemos que los emprendimientos de esta economía enfrentan barreras estructurales vinculadas a la organización del trabajo y la producción, la falta de vías de financiamiento y la escasez de canales de comercialización”, afirmó María Migliore, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat porteña, durante un encuentro con la prensa en el Barrio 31 de Retiro. Teniendo en cuenta que estas economías se basan en proyectos nacidos en los barrios populares, Migliore aseguró que la idea es “mirar a estos barrios desde la perspectiva productiva. La política social debe estar vinculada a la productividad y ver cómo se integran a estas dinámicas de producción”, concluyó la funcionaria porteña.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Una segunda iniciativa fue el lanzamiento del Programa de Asistencia Técnica, orientado a aumentar las capacidades productivas y ampliar las herramientas de comercialización de cada emprendimiento. Se espera que para diciembre de 2023, más de 2.100 proyectos laborales, al menos, hayan recibido capacitación para aumentar su producción.

Otra iniciativa fue la asociación de empresas y organizaciones del sector privado en general con los emprendimientos a través del mentoreo. En este caso, empresas líderes de distintos segmentos mentorean emprendimientos populares, enseñándoles habilidades administrativas y financieras, y dándoles herramientas para optimizar sus circuitos de trabajo. El objetivo es promover la inclusión de la economía popular y social en sus cadenas de valor. Empresas como Hilton Buenos Aires, Enel, Silos Areneros, Accenture, IDEA, Toyota, Limpiolux, Sistema B, Grupo Mitre, Banco Comafi, Trasa, Tarjeta La Anónima, entre otras, están comprometidas a apoyar la producción con valor popular a partir de diferentes herramientas que se impulsan desde el Estado como, por ejemplo, rondas de negocios.

También se impulsó el marco legal para que las unidades productivas de esta economía puedan participar de las compras públicas que realiza el Estado. Se trata, en definitiva, de dos mercados claves para impulsar la demanda de los productos y servicios de la economía popular, que el año que viene prevé generar ingresos superiores a los 200 millones de pesos para esta economía.

Elizabeth es una emprendedora que organizó su proyecto Vivera Orgánica Barrio Rodrigo Bueno. “En el transcurso del tiempo fuimos vendiendo la producción que teníamos a vecinos de Puerto Madero. El Hilton fue un contacto que fuimos desarrollando y pudimos seguir vendiéndole durante la pandemia. Lo que hacen ellos es llevarlo a su propia gastronomía, porque valoran mucho poder contar de dónde vienen las cosas que hacen y su calidad. Lo venimos haciendo desde hace ocho meses y la idea es seguir haciéndolo”.

Federico Rodríguez vive en la Villa 1.11.14 y desarrolló un proyecto textil durante la pandemia, que le permitió vender mochilas y riñoneras a la automotriz Toyota: “Iniciamos el contacto con empresarios en un encuentro entre las dos partes, la economía popular y los empresarios. Ellos se interesaron y vieron el valor. Queremos que la economía popular sea una salida colectiva, ya que podemos demostrar productos de calidad”.

En términos de herramientas para el financiamiento, en julio el ministerio presentó Fondes, un fondo que combina capital público y privado, para financiar proyectos productivos de la economía popular. Se trata de un marco nuevo para canalizar la inversión privada de manera estratégica a fin de generar impacto social. Durante 2021 se constituyó el fideicomiso y se convocó a inversores. En enero se estarán otorgando los primeros créditos, esperando dar hasta mil durante 2022. Adicionalmente, se desarrolló una línea de créditos del Banco Ciudad específica para la economía social y popular por más de 100 millones de pesos.

 

Datos del sector

Según estudios del ministerio, la economía está compuesta por unas 413 mil personas.

◆ Es decir, casi uno de cada cinco trabajadores de la Ciudad se desenvuelve en la economía popular.

◆ Del total, un 32,9% son desocupados; 24,5%, asalariados informales; 22,4%, cuentapropistas no profesionales; 15,2%, ocupados en servicio doméstico; 4,3%, asalariados que aportan por sí mismos no profesionales; 0,8%, trabajadores familiares.