“Se movilizaron estructuras muy arraigadas sobre sexualidad y tabúes”, afirma Rosario Castelli, una de las jóvenes que esta semana participó de la performance sexual en los pasillos de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, que se viralizó con el nombre de Posporno.
Castelli, que también es profesora universitaria, cuenta a PERFIL que una de sus alumnas le dijo: “Ayer hablamos de esto con las doñas en la asamblea barrial. Queremos posporno en el barrio”. Es que el escándalo, agrega, “ayudó al debate que buscábamos instalar” junto a las miembros del grupo español PostOp que formaron parte de la performance.
El miércoles, en el horario en que más estudiantes cursan en la sede de Constitución, las activistas tuvieron sexo explícito en el hall central, como una actividad organizada por el área de Comunicación, Géneros y Sexualidades de la carrera de Ciencias de la Comunicación.
Tras el escándalo, ayer emitieron un nuevo comunicado donde celebraron la repercusión. “La acción se enmarca dentro de la lucha feminista y el activismo sexopolítico. No somos unos improvisados, no nos interesa la difusión masiva ni que todo esto se personalice, porque somos un montón”, aclararon. Según explicaron, desde el movimiento Posporno buscan experimentar y visibilizar las prácticas sexuales no convencionales. “Es una crítica a la industria del porno comercial, no desde la censura sino desde la creatividad”. “Lo abrimos a la universidad porque hace varios años activamos como estudiantes y graduadas de estas casas de estudios, con el objetivo de instalar el tema en la facultad”, agregaron.
A declarar. Anoche, fueron llamados a declarar como testigos encargados del centro de estudiantes, mientras se ordenó al decano de la facultad, Glenn Postolksy, la entrega de material audiovisual y publicitario relativo al acto, en el marco de una investigación por el posible delito de exhibiciones obscenas, a cargo del fiscal Mauro Tereszko. Pero desde la Facultad aún no se establecieron sanciones, pese a las críticas del rectorado. “El género y la sexualidad son cuestiones que merecen debate, pero la forma de presentar la problemática terminó haciendo de la cuestión algo secundario, porque lo que se instaló es el escándalo”, opina un docente de la carrera de Ciencia Política. Los estudiantes también criticaron: “Si hubiera sido en un aula, con previo aviso, era diferente, dice Victoria.