La organización Abuelas de Plaza de Mayo confirmó este sábado 16 de mayp la triste noticia de la muerte de una de sus integrantes, Clelia "Chela" Deharbe de Fontana. La mujer tenía 89 años y sufrió un ACV. En 2006 pudo recuperar a su nieto, Pedro Sandoval Fontana.
"Las Abuelas de Plaza de Mayo despedimos con enorme tristeza a nuestra compañera Clelia "Chela" Deharbe de Fontana. Hasta antes de la cuarentena, Chela viajaba desde Martín Coronado cada semana para asistir a las reuniones de Comisión Directiva, donde se desempeñaba como segunda vocal. En las reuniones de los martes, se comparten las novedades y decisiones institucionales y Chela trataba siempre de encargarse de las actividades que se realizaban en la zona oeste del conurbano bonaerense", precisaron en un comunicado desde la organización de Derechos Humanos.
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"Chela" había nacido en Seguí, Entre Ríos, el 28 de octubre de 1931. En esa provincia conoció a Rubén Fontana, con quien se casó. Juntos migraron a probar suerte a Buenos Aires, más específicamente a la localidad de Caseros.
Ella y su familia se acercaron tempranamente a Abuelas cuando secuestraron a su hija Liliana, embarazada de dos meses y medio, y a su yerno Pedro Sandoval el 1 de julio de 1977, en la casa donde vivían en esa localidad . Su marido Rubén, quien falleció en 2016, siempre estuvo muy presente en la búsqueda, al igual que sus otros hijos: Edgardo y Silvia.
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La restitución de su nieto se produjo en 2006, de la mano del avance de la genética que permite tomar muestras de ADN de objetos personales, cuando la persona se niega a la extracción. "Aunque al principio fue difícil, "Chela" con su dulzura fue acercando a su nieto a su historia. Hasta que un día decidió ponerse el nombre que sus padres habían elegido para él en cautiverio: Pedro Sandoval Fontana", agregaron en el texto.
En ese sentido, le dedicaron unas emotivas palabras al recordarla: "¿Cómo olvidar sus ojos transparentes inundados de emoción cuando Pedro la visitaba en alguna ocasión un martes en Abuelas, o su voz tierna para ofrecerse a dar una charla en Caseros, de donde se llevaron a su hija y su yerno?. La risa cómplice entre compañeras, sus manos encimadas y tranquilas escuchando atenta a otras y otros. Todo eso y su solidaridad extrañaremos. Porque la Abuela Chela siguió buscando a los nietos de sus compañeras hasta el último día".
"Un ACV la apagó en este tiempo de distanciamiento, pero sus enseñanzas seguirán iluminando nuestra lucha. Cuando las condiciones sanitarias lo permitan, la despediremos con un homenaje como merece toda Abuela. Ahora, a la distancia, abrazamos a Pedro y a toda su familia, que es la nuestra", concluyeron.
F.D.S./ C. P.