En una de las fotos Jorge Bergallo y su hijo Jorge Ignacio posan orgullosos y sonrientes, uno de uniforme, el otro de civil, en la superficie del submarino ARA San Juan. En la otra imagen ambos están vestidos con el uniforme de gala, el día que Jorge Ignacio egresó de la escuela naval. Además de compartir apellido y hasta el mismo nombre, padre e hijo dedicaron su vida a la carrera militar.
Jorge Bergallo es el padre de uno de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan. Pero a diferencia de los otros familiares, él conoce desde adentro la nave en la que se embarcó su hijo, desaparecida desde el pasado 15 de noviembre.
Padre e hijo navegaron –en diferentes épocas– a bordo del submarino. En el caso de Jorge padre, lo hizo como comandante, mientras que Jorge Ignacio es capitán de Corbeta, el tercero en importancia detrás de los escalafones de capitán de Navío y de capitán de Fragata. Jorge padre, además, fue comandante de la fragata ARA Libertad y director de la Escuela Naval Militar.
“Estoy muy orgulloso de que mi hijo haya elegido esta profesión. Conozco al capitán del ARA San Juan –Pedro Martín Fernández– y obviamente a mi hijo. Son personas serenas y excelentes profesionales”, declaró en una entrevista días atrás, cuando aún no se tenían noticias de la explosión ocurrida en el submarino.
Difícil despedida. Jorge Ignacio, tiene 42 años, vive en Mar del Plata y le gusta participar en maratones y carreras de travesía.
Y si bien desde la Armada no hacen declaraciones acerca de la situación de los tripulantes, su padre ya comenzó a elaborar el duelo. “Como militar me quedo con la parte positiva: estos 44 tipos estaban navegando, haciendo lo que eligieron hacer y prestando un servicio que el país necesita y su sacrificio fue póstumo y total”, dijo el padre en un audio distribuido por voceros de la Armada y publicado por la agencia Télam.
Según Bergallo, los tripulantes “sabían eso, lo eligieron y lo asumieron y son un ejemplo para todos, para 44 millones de personas”, y también remarcó para los “marinos y militares que muchas veces perdemos noción de por qué somos lo que somos y los riesgos que eso implica”.
