El abogado Juan Pablo Gallego pidió este miércoles a la Justicia que ordene la detención del cura Eduardo Lorenzo, sobre quien pesan tres denuncias por abuso sexual y corrupción de menores. Lorenzo era el confesor del Padre Julio César Grassi, quien cumple una condena de 15 años de prisión por el mismo delito.
El sacerdote Lorenzo y su abogado Alfredo Gascón, negaron las acusaciones y aseguraron que iniciarán acciones legales contra los denunciantes. Para la querella se trató de una amenaza, por lo que pidió que se dicte su prisión preventiva para preservar a las víctimas de sus intimidaciones.
“Pedimos la detención del cura Eduardo Lorenzo por ser penalmente responsable de abuso sexual agravado, corrupción de menores agravada y amenazas coactivas por pluralidad de víctimas”, afirmó Gallego.
El abogado realizó una conferencia de prensa luego de la presentación y explicó que “intentaron desarrollar una audiencia con una persona que está sindicada como víctima y sin notificación a esta parte”, motivo por el cual la misma, y las tres que iba a darse esta semana fueron suspendidas.
El desgarrador relato de una víctima del cura y confesor del padre Grassi
Tras las últimas repercusiones que se dieron luego de conocerse el relato de Julián, quien denunció haber sufrido abusos en el colegio Nuestra Señora de Lourdes, del barrio La Loma, Gallego detalló que “los testigos que hoy vinieron y que supuestamente iban a desmentir a las víctimas fueron pedidas por Gascón, pero en fiscalía no hubo ninguna resolución escrita y no se nos notificó. Entiendo que la fiscal Medina advirtió esta anomalía que le hicimos notar y prometió corregir el procedimiento”.
Lorenzo, actualmente sigue ejerciendo como cura en la parroquia de Inmaculada Madre de Dios de Gonnet. Fue denunciado por primera vez hace once años por una serie de ataques sexuales que habrían ocurrido en las iglesias San Benito y Nuestra Señora de Lourdes, ambas de la ciudad de La Plata.
De acuerdo a los denunciantes, los casos ocurrieron entre los años 1990 y 1995 (San Benito); y 1999 y 2001 (Nuestra Señora de Lourdes).
Las víctimas señalaron que el cura abusó de ellos durante los campamentos que el propio religioso organizaba. Según fuentes judiciales, la causa se inició el 20 de agosto de 2008 en la Unidad Funcional de Instrucción N°1, a cargo de Ana Medina. Cinco meses después la misma fiscal entendió que no existían "elementos suficientes que permitieran acreditar la existencia del hecho ilícito denunciado en autos" y dispuso el archivo de las actuaciones.
En febrero pasado el abogado defensor del cura, Alfredo Gascón, reclamó el sobreseimiento de su defendido, situación que todavía no se resolvió.
En julio de este año la causa fue desarchivada cuando aparecieron dos nuevas víctimas. Uno de ellas, de nombre Ricardo, aseguró que el cura organizaba juegos sexuales con chicos de entre 13 y 16 años, muchos de ellos monaguillos.
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El denunciante era parte de un grupo misionero que se formó, entre los años 2000 y 2003, en la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes. Según recordó, el religioso les pedía que mostraran sus penes y les hablaba mal de las mujeres.
Julián también destacó cómo era el vínculo entre el sacerdote y el sexo opuesto: "Lorenzo aborrece a las mujeres. Escuché decirles de todo: gordas, ciervas, negras".
El cura denunciado nunca abandonó los hábitos ni dejó de ir a las cárceles dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), donde hasta abril pasado ofició como capellán de la fuerza.
En el penal de Campana afianzó su vínculo con el cura Julio César Grassi, quien cumple una condena a 15 años de prisión por abuso y corrupción menores. Lorenzo, en su calidad de capellán del SPB, era su confesor y amigo.
MS/MC