El caos que provocó la pandemia del Coronavirus obligó al Gobierno porteño a desplegar a un plan de contención social urgente, en particular en villas y asentamientos donde existe hacinamiento, y focalizado también en personas en situación de calle.
Se trata de un trabajo por el cual el jefe comunal, Horacio Rodríguez Larreta, decidió que se articulen el área de Salud, Espacio Público, con Desarrollo Humano y el aporte de Seguridad en aquellos barrios populares donde la complejidad del tejido social implica una fuerte presencia del Estado.
En este sentido, tras el decreto de necesidad y urgencia del presidente Alberto Fernández para establecer la cuarentena obligatoria comenzaron las “campañas de concientización” en las villas, tanto a través de grupos de Whatsapp con los referentes de las cooperativas locales y las juntas vecinales, y esta semana se sumó la modalidad española: megáfonos con información sobre la importancia de no salir a la calle y lavarse las manos. En los comedores barriales, con la entrega de comida, se sumaron flyers de difusión sobre el Coronavirus y el dengue.
En materia de Seguridad, el ministro Diego Santilli dispuso controles en accesos y un trabajo coordinado con las fuerzas federales en aquellos lugares donde venían trabajando. La orden que emanó a la Policía de la Ciudad es “ordenar” situaciones de aglomeraciones.
Desde el área de Salud que conduce Fernán Quirós apuntaron que los Cesac, los centros de atención de Salud, siguen atendiendo las emergencias en las villas, ya que son la primera frontera antes de concurrir a uno de los 33 hospitales porteños, pero en el caso del Covid-19 cuando hay síntomas es el SAME el que se ocupa de llevar a un hospital con un protocolo particular. Es decir, en cuanto se detectan los síntomas, si el paciente es agudo se lo lleva a un hospital y, si es leve, a uno de los hoteles que contrató la Ciudad. Además, ya se trabaja en algún mecanismo de aislamiento de la población de riesgo (mayores de 65 años) que hoy viven en condiciones de hacinamiento.
Paralelamente en Espacio Público arrancaron con desinfecciones masivas. El propio Larreta, junto a Santilli, estuvieron esta semana con la ministra Clara “Maki” Muzzio, a cargo de la limpieza junto al subsecretario de Higiene, Ezequiel Capelli.
En cuanto a los 287 comedores en los barrios populares, el ministerio de Desarrollo Humano a cargo de María Migliore entregan viandas o comida caliente en tuppers. Ya nadie se queda a comer en ellos. Por su lado, hay 179 comedores más que trabajan con entregas. Según confiaron en el área social de la Ciudad, hace diez días que también reciben kits de limpieza, además de los alimentos.
Otro capítulo son los CPI, los Centros de Primera Infancia, que comenzaron a construirse en el primer mandato del PRO cuando María Eugenia Vidal – una referente clave para Migliore - era ministra de Desarrollo Social porteña. De los 75 que existen en la Ciudad, hay 15 en barrios populares y allí no se realizan actividades sino que siguen abiertos para dar bolsones de comida.
