SOCIEDAD
secretos bajo tierra

Planos de 1900 y coches antiguos: cómo es el laboratorio que preserva la historia del subte

Se trata de un espacio dedicado a la restauración y puesta en valor de los deferentes elementos que se rescataron de las diferentes líneas que conforman el servicio.

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Memorabilia. El museo funciona en dependencias del Taller Polvorín, en Del Barco Centenera y Directorio. | Sergio Piemonte

Pocos meses antes de cumplir los 110 años de servicio, que se celebrarán el próximo 1º de diciembre, el subte de Buenos Aires abrió a PERFIL las puertas de su Laboratorio Patrimonial Centenera. Este lugar es un espacio dedicado a la guarda, restauración y difusión de los diferentes elementos que formaron parte de la red de subtes porteños desde sus orígenes, y que fueron rescatados desde 2008.

El museo se encuentra en un sector del Taller Polvorín de ese sistema de transporte público, sobre la calle Del Barco Centenera, a pocos metros de Directorio.  Se trata de un lugar que fue construido con materiales reciclados de la propia red de subte, reutilizando el excedente industrial que genera el servicio. De acuerdo con lo que explicaron desde Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), este proyecto pudo ejecutarse luego de aplicar, en 2020, a una convocatoria de mecenazgo cultural, junto con la Asociación Amigos del Tranvía, a fin de recibir financiamiento: se recibieron, para esta primera etapa, dos millones quinientos mil pesos.

Según explicaron fuentes de Sbase, el taller fue construido entre 1978 y 1989, y se usaba para guardar elementos de los talleres de la red de subtes. El edificio se encuentra catalogado con el nivel de Protección Estructural establecido por la Ley 2.796 del Código de Planeamiento Urbano.

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En el lugar, que ocupa unos 1.250 m2, los visitantes pueden encontrar desde un coche Preston de 1912, que integró la única formación inglesa de la Línea A cuando comenzó a circular antes que las formaciones de madera de La Brogeoise (las Brujas); una mesa de madera de control de cambios y señales de la Línea C; balanzas de peso y altura de casi un siglo de antigüedad que se encontraban en algunos de los andenes de las líneas A y C. También cospeles y molinetes que se utilizaban para acceder a los andenes antes que las tarjertas SUBE, señalética original de cada línea; mobiliario de las diferentes estaciones del servicio de subtes porteño y hasta el primer carromato que utilizó la empresa Quilmes para repartir su cerveza. 

Además, hay un auditorio de 10 m2, planos originales de la red y las cerámicas originales que formaban parte de los diferentes murales de las estaciones. Muchas de estas mayólicas aún se encuentran guardadas en los cajones originales que llegaron al país vía marítima a principios del siglo pasado.

En el mismo espacio, especialmente acondicionado para la ocasión, también se encuentran las cerámicas que se retiraron de los andenes de las estaciones Estación Carlos Pellegrini (Línea B) hacia la Estación Diagonal Norte (Línea C) por medio de la Estación 9 de Julio (Línea D) para la construcción del futuro Nodo Obelisco. Tras su retiro de las paredes, las mayólicas de la línea C fueron acondicionadas para su traslado por expertos y puestas a resguardo en el Laboratorio.  

Este espacio incluye un sector de hornos y un depósito para las piezas terminadas. Al mismo tiempo, se trabajará en el armado y diseño de un mapa patrimonial de las estaciones intervenidas, elaborando una matriz de cada pieza con la identificación de sus componentes. De esta manera se podrá, ante una eventual intervención, conocer cuáles son aquellos elementos necesarios para su mejora y preservación.

En la entrada del taller, y tras un acuerdo con la Asociación Amigos del Tranvía, también se encuentran para su restauración y puesta en valor dos coches del tranvía Citadis, que recorría la extensión de Puerto Madero de punta a punta (ver aparte). 

Más allá de la variedad de relojes, manómetros, teléfonos de túneles, cartelería y memorabilia del servicio, uno de los imperdibles del taller de restauración es el área en la que se encuentran más de 50 mil planos originales, tanto de tela como de papel, desde los inicios de la red. 

Estos documentos se encontraban desde 2010 congelados a -20 ºC  de temperatura y poco a poco están siendo recuperados. Según explicaron en el lugar, se congelaron a fin de protegerlos ya que se mojaron a raíz de la inundación del sótano en el que el se encontraban depositados. De acuerdo a los especialistas, el congelamiento fue el mejor recurso para preservarlos ya que de esta manera se evita su destrucción (que se conviertan en masa) y se pierdan por completo.  Se encuentran en un lugar de unos 50 m2 diseñado específicamente para su tratamiento. Se van descongelando según los lineamientos indicados por la Dirección General de Patrimonio y Casco Histórico del Ministerio de Cultura de la Ciudad para preservarlos. En la actualidad, se trabaja en la guarda provisoria hasta su restauración y guarda definitiva.  

La finalidad de esta acción consiste en que una vez recuperados puedan ser material de consulta tanto digital como físicamente, volviendo a formar parte del archivo de Sbase.

 

Patrimonio

◆ El Laboratorio se encuentra en la calle Del Barco Centenera 777, esquina Directorio, en el barrio de Caballito. 

 ◆ Se puede visitar el último sábado de cada mes, de 16 a 19. 

◆  En este lugar se encuentran desde coches antiguos hasta los 50 mil planos originales de la red de subtes. 

◆ Se reutilizaron unos 1.600 elementos que se encontraban en las diferentes líneas del servicio de subterráneos. 

 

El tranvía de Puerto Madero 

Apenas el visitante recorre los primeros metros de la entrada del Laboratorio Patrimonial Centenera, dos coches Citatis aparecen en la escenografía exterior de los talleres de restauración y recuperación. 

Se trata de los coches que formaban parte del Tranvía de Puerto Madero, que recorría toda la extensión de Puerto Madero desde el Dique 1 hasta el Dique 4, en paralelo a las avenidas Alicia Moreau de Justo y Eduardo Madero. El tren transitaba solo 16 cuadras y era utilizado por unas 25 personas promedio por día. 

La formación dejó de funcionar en octubre de 2012 y los coches quedaron abandonados a su suerte. Allí fueron grafiteados y vandalizados ya que apens se encontraban protegidos por lonas grises. Tras ser rescatados por Sbase y junto a la Asociación Amigos del Tranvía evalúan actualmente convertirlos  en  un espacio cultural o hasta  se baraja la posibilidad de armar algún tour didáctico, tal como ocurrió con el Tranvía del Taller Polvorín. 

Uno de los coches que  se encuentran en el taller patrimonial es el rojo Citadis 302, fabricado por la empresa francesa Alstom, bautizado por la Secretaría de Transporte como Celeris.