El doctor Enrique de Rosa, psiquiatra y sexólogo, explicó a Perfil.com que la castración química es opuesta a la castración física. Se utilizan sustancias que generan hormonas femeninas anti-testorena para bloquear el efecto buscando anular el efecto agresivo, o la pulsión sexual exagerada.
Estos medicamentos están destinados a reducir la líbido y la actividad sexual, y en muchos países del mundo se los utiliza para impedir que los violadores, pederastas u otros delincuentes sexuales reincidan. Lo mismo que piensa implementar en su provincia por estos días el gobernador mendocino Celso Jaque. Sin embargo, algunos dudan de su efectividad.
Existen tratamientos diarios, mensuales y trimestrales. Según explicó el doctor Hugo Signori a Perfil.com “son tratamientos muy costosos” que pueden ir desde los 1.500 en el caso de los mensuales o arriba de los 3.000 pesos en los trimestrales.