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Siete de cada diez víctimas de secuestro pagaron un rescate

El dato surge del primer estudio a nivel nacional realizado por la fiscalía especializada en secuestros extorsivos. La mayoría de los casos se produjeron en el conurbano.

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“Bajé la cabeza sobre mis piernas porque tenía miedo. Escuchaba los balazos, sentía el olor a pólvora, había gritos. Sentía todo como si fuera en tres dimensiones. Hasta que los detuvieron y me rescataron”. Así contaba a la prensa el odontólogo secuestrado el 31 de agosto pasado los últimos instantes antes de ser liberado por la policía. Había pasado varias horas como rehén en el asiento trasero de su Audi, a manos de delincuentes fuertemente armados.

La crudeza del relato y la violencia a la que son sometidas las víctimas de secuestros “al voleo” o “relámpago” preocupan a las fuerzas de seguridad y a fiscales: entre junio y agosto de este año secuestraron a 74 personas en todo el país y en el 95 por ciento de los casos, el lugar de cautiverio fueron vehículos.

Si bien hubo un leve descenso en las estadísticas respecto de 2015, el número aún es alto y la tendencia se mantiene hace unos cinco años. El oeste y el sur del conurbano bonaerense siguen siendo las zonas más afectadas. Otro dato alarmante es que en siete de cada diez casos hubo pago de rescate.
 
Para combatirlos, en junio de este año la procuradora Alejandra Gils Carbó creó la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE), a cargo de Santiago Marquevich, que elaboró el primer informe oficial a nivel nacional y que fue entregado a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

El documento, al que tuvo acceso PERFIL, muestra que julio fue el mes del año con más secuestros, con 29 casos. Lo sigue junio con 25 y agosto cerró con 20. En esos tres meses se registraron 29 secuestros en el Departamento Judicial de Lomas de Zamora, 21 en Morón y 11 en la Ciudad de Buenos Aires.  La autopista del Oeste, Camino Negro, Camino de Cintura y Avenida Juan XXIII son las salidas rápidas que explicarían la elección que toman los secuestradores que negocian los rescates sin detenerse.

El informe también refleja cuáles son sus preferencias en cuanto a las víctimas que, en su mayoría, son hombres (68%). Para evitar complicaciones, toman un solo rehén (67%). En el 23 por ciento, dos personas fueron secuestradas y en el 6 y el 4 por ciento, respectivamente,  fueron tres y cuatro víctimas. En un once por ciento negociaron entregas con menores como moneda de cambio.

En cuanto al momento del día, prefieren la noche. El informe da cuenta de que el 62 por ciento de los golpes se dieron entre las 20 y la 0. En segundo lugar aparece el horario de 12 a 16 (11%) y en tercer lugar se ubican las franjas horarias de 0 a 4 de la madrugada y de 12 a 16. La mayoría de los secuestros (el 44%) duran entre una y dos horas.

Pese a los esfuerzos de los ministros Cristian Ritondo y Martín Ocampo para coordinar la Bonaerense y las fuerzas de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires e implementar nueva tecnología para combatirlos, fuentes judiciales indicaron que la dificultad para detenerlos estaría en la conformación de las bandas, la espontaneidad de los golpes y su brevedad. Generalmente se trata de grupos disociados que se dedican a otro tipo de delitos, como entraderas, sin un líder visible y que deciden “en el momento” qué modalidad adoptarán al divisar el blanco: un coche de alta gama. En un 46 por ciento, las víctimas circulaban en autos de un valor superior a 350 mil pesos.

Si bien el riesgo de ser atrapados es alto –del 6 de junio al 6 de septiembre la UFESE llevó a cabo 146 colaboraciones en 84 causas en las que se detuvo a 49 personas–, la efectividad del delito es alta: en el 73 por ciento de los casos los cautivos fueron liberados tras el pago.