Este lunes 5 de agosto comenzó el juicio contra los sacerdotes católicos acusados de abusar sexualmente de alumnos hipoacúsicos del Instituto Antonio Próvolo para niños sordos y con problemas de audición de la localidad de Luján de Cuyo, en Mendoza. En las vísperas del proceso, la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina compartió el protocolo de actuación para las víctimas de estos ataques.
La organización denunció en su página de Facebook que las estrategias implementadas por la Iglesia para erradicar los abusos no son efectivas ni sirven para ese fin, sino que están enfocadas en cuidar a los que cometen esos crímenes.
“Las ‘medidas’ que la iglesia católica ha llevado y lleva a cabo para ‘solucionar’ el problema que representan las víctimas de abuso eclesiástico tienen objetivos muy distantes de la protección de las mismas. Estas están destinadas a blindar la institución, mantener el sistema de protección de pederastas y evadir el cumplimiento de exhortaciones de organismos internacionales”, consignó la institución.
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En ese marco, la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina consideró imprescindible brindar a las víctimas/sobrevivientes medidas de acción para “no caer, nuevamente, en la manipulación clerical, disfrazada de ‘ayuda’ y ‘solidaridad’”.
Para ello, compartieron un protocolo de once puntos con las recomendaciones que deben seguirse a fin de preservar la integridad de quienes deciden denunciar en sede canónica. Las mismas se obtuvieron en base a más de un centenar de de relatos de víctimas de abuso. Las mismas son:
- Aún comprendiendo lo difícil que es hablar de un tema como este, cuando la persona se sienta en condiciones recomendamos comunicar el hecho padecido a las personas de su confianza.
- Denunciar lo más pronto posible ante la autoridad pública, policía y/o fiscalías cercanas al domicilio de la víctima, o del lugar del hecho. En el caso de que las víctimas fueran mujeres, niñas, niños o adolescentes, exigir el cumplimiento de la ley 26.485 en sede eclesiástica.
- Si se decide recurrir a la autoridad eclesiástica, que sea después de que tomen conocimiento funcionarios públicos.
- Evitar brindar datos personales y sensibles a la autoridad eclesiástica. No hacerlo NUNCA ya que es habitual que quienes abusan los utilicen en su defensa.
- No responder ninguna encuesta que simule ayuda, imparcialidad, o pedido de datos objetivos.
- No firmar nada.
- Jamás entrar solx a ningún tipo de entrevista cuando el motivo de la misma sea el abuso sufrido.
- Si la víctima fuera citada a un organismo eclesiástico, no concurrir solx. Hacerlo siempre acompañadx por una persona de confianza. Es importantísimo exigir una copia por escrito de lo que se hable. Cuidar de que esta sea firmada por funcionario eclesiástico.
- Evitar suministrar a sacerdote, obispo o funcionario clerical, información relativa a los pasos legales que se darán. Medida muy importante ya que la iglesia, fingiendo dolor y cercanía, utiliza esta vía para obtener información y preparar su propia defensa.
- No dejarse engañar por la promesa del resarcimiento económico dentro del procedimiento canónico. Dicho procedimiento se inicia para investigar al abusador y constituye el principal eje donde engarza el sistema de encubrimiento que mantiene aún vigente la iglesia católica.
- La regla de oro a aplicar para discernir si la iglesia católica está actuando legalmente es verificar que esté aplicando en sus organismos las convenciones internacionales sobre derechos humanos con la colaboración de profesionales independientes especializados en esta área.
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La red también detalló la metodología utilizada por los abusadores -curas y monjas de la Iglesia Católica- para cometer los delitos y asegurarse impunidad.
Los puntos comunes en los relatos de las víctimas son:
- Utilizan una fina manipulación emocional, cosificando, humillando, aislando a las víctimas de su entorno afectivo ya sea familia, amigxs, compañerxs, novixs.
- En muchos de los relatos, las víctimas han "pedido ayuda" hablando con algún/a integrante de la parroquia, congregación, etc. mayoritariamente psicólogxs, confesores u autoridades como obispos. Casi todos coinciden en que las devoluciones que les hacían afirmaban "que estaban atravesando una crisis de fe o de vocación". Por lo tanto lxs mandaban a rezar, a hacer retiros, o a aislarse. De este modo aparece otra vez el castigo, el no creerles, el acallarlxs, el desdecirlxs, el confundirlxs, produciendo cada vez más daño psicológico.
- Lxs abusadorxs eligen a sus víctimas, ejercen un poder irrestricto, son conscientes de lo que hacen, lo planifican. Por todo esto, NO SON ENFERMOS. Verbalizan este poder diciéndoles a sus víctimas que son seres privilegiados al contar con su atención. Les hacen creer que la religiosa o el religioso es su amigx, padre, madre, mentor/a o referente. Para ello detectan su vulnerabilidad emocional, social, familiar, física u otras que tienen esxs niñxs o jóvenes, volviéndolxs más frágiles aún. De este modo hacen completamente efectivo el ejercicio de todo su poder, que en esa circunstancia es un poder absoluto. "Te elijo - te desecho - te traigo regalos - no existís." Esta es una mecánica de premio/castigo. Otra forma de poder absoluto es instalar prácticas abusivas como normas institucionales naturalizadas que pueden llegar a la mortificación y el castigo corporal.
- En la mayoría de los casos los abusadores sostienen que la víctima lxs provocó o dio su consentimiento. Siempre, siempre la relación entre abusador y víctima es una relación asimétrica de poder, en la que NUNCA puede existir consentimiento alguno, ya que se está bajo manipulación, coacción e incluso reducción a la servidumbre. Estas llegan a anular el discernimiento y la voluntad. Bajo una disciplina férrea de sumisión y miedo, "...es Dios quien habla a través del Superior, por ende quien obedece no se equivoca. Es imposible decirle NO a Dios." En síntesis, hablamos de tortura física y psicológica.
- Logran arrasar la subjetividad, el cuerpo y la sexualidad, de lxs hoy Sobrevivientes bajo el secreto de confesión, que es una herramienta utilizada para obtener información estratégica que contribuye al mantenimiento del sistema perverso.
- Refieren la estafa a la confianza de familias enteras, a las que lxs abusadorxs han humillado en muchísimas situaciones al compartir con ellas su intimidad, sus mesas y sus fiestas familiares mientras que en simultáneo abusaban de sus niñxs y sus adolescentes. Estas situaciones impiden a lxs Sobrevivientes hablar porque se instala el ¿quién me va a creer?" o el "van a pensar que tuve la culpa".
- Es importante tener en cuenta que cuando se ha estado sometido a ese poder, el mismo sigue vigente en la persona victimizada aunque no vea a su abusadxr durante mucho tiempo. Esto causa efectos tales como adicciones, trastornos alimentarios, trastornos del sueño, depresión, suicidios e intentos de suicidio entre otros.
- La persona victimizada puede haber escrito cartas a su abusadxr/a por estar en este contexto descripto en los puntos anteriores. Estas cartas hasta pueden tener un tono cariñoso, justamente por estar la víctima sometida a una manipulación que es muy difícil de ver o advertir cuando está sucediendo, ya que en la mayoría de los casos la violencia física no está presente.
*La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina está a disposición de quienes requieran acompañamiento psicológico, asesoramiento legal y contención afectiva de otres sobrevivientes así como información especializada y periodística.
B.D.N./F.F.