La boda real príncipe Harry de Inglaterra y la actriz norteamericana Meghan Markle rompió con los moldes de la monarquía británica. Los novios dejaron en claro el estilo que deseaban para su casamiento: multicultural, multiconfesional y absolutamente romántica.
Una novedad fue la presencia de un coro de gospel estadounidense que entonó la célebre canción "Stand by me" pero fue lo que sucedió después lo que llegó a estremecer los centenarios arcos góticos de la capilla de San Jorge: el fogoso sermón del obispo de Chicago Michael Curry, titulado “El poder del Amor”.
El prelado, primer afroamericano que preside la iglesia Episcopal (rama estadounidense del anglicanismo), abrió su homilía citando una frase del líder de los derechos civiles asesinado hace 50 años, Martin Luther King: "Debemos descubrir el poder del amor, el poder redendor del amor. Y cuando lo hagamos, podremos hacer este mundo viejo un nuevo mundo. El amor es el único camino", dijo el obispo.
Ante la mirada expectante de la congregación, no muy acostumbrada a su efusivo estilo, Curry agregó: “Hay poder en el amor". No lo subestimes. Ni siquiera te sientas excesivamente sentimental”. “Hay poder, poder en el amor”, dijo ante la reina de Inglaterra y otros 600 invitados. "Imaginen gobiernos que se guíen por el amor: ningún niño se iría a la cama hambriento nunca más".
“Hay poder en el amor”, reiteró el obispo, elegido especialmente por Meghan para participar de su boda. “El amor puede ayudar y sanar cuando nada más puede hacerlo. Hay poder en el amor para levantar y liberar cuando nada más lo hará”.
Nacido en Chicago, Curry tiene 65 años y es reconocido en los Estados Unidos por su defensa de los derechos civiles, las minorías raciales y el matrimonio gay. Ademaś, se mostró abiertamente crítico contra la política migratoria del presidente Donald Trump. En su autobiografía, cuenta que tuvo antepasados esclavos, algo que tiene en común con Meghan, duquesa de Sussex.