Un hombre fue decapitado en plena calle de la localidad neuquina de Zapala este domingo 26 de enero. Por el hecho fueron detenidos sus dos hijos de 20 y 27 años. De acuerdo a las primeras informaciones de la causa, el móvil habrían sido los reiterados maltratos y golpes del hombre hacia su esposa e hijos.
El terrible hecho se produjo el domingo por la mañana en el barrio Zona II de Zapala, y tuvo como víctima a un hombre de 51 años llamado Orlando Jara. Según los testigos, alrededor de las 9, vecinos escucharon gritos en el interior de la casa de los Jara y vieron al hombre mayor salir corriendo. En ese momento, uno de los hijos habría gritado: "Yo voy en cana, pero vos no le pegás más a mi mamá", según lo publicado por el sitio de LMNeuquén.
Poco después, testigos vieron como los jóvenes golpearon al padre con una barreta y luego, aparentemente el mayor de ellos, Fernando, lo apuñaló en el pecho, lo decapitó con un cuchillo, colocó su cabeza sobre el tórax y se sacó una selfie. Todo ocurrió ante la mirada de transeúntes y vecinos que no pudieron hacer nada para evitar lo que pasaba, de acuerdo a información del medio local Zapala8340.
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En este marco, la jueza Leticia Lorenzo acusó a los dos hermanos por el delito de "homicidio agravado por el vínculo" y dispuso dos meses de prisión preventiva para ambos. Además, se investiga la muerte de una testigo, que falleció horas después del crimen al incendiarse su casa. La Policía local intentaba determinar si el hecho tuvo características intencionales.
En una entrevista al diario Río Negro, Diego Jara, el hermano del medio de los dos acusados, dio detalles sobre su padre. "Él siempre estaba borracho y nos golpeaba mal. Se la agarraba con mi mamá y a nosotros no nos quedaba otra que poner el cuerpo por ella. Yo no podía ver llorar a mi mamá en el piso porque mi papá le estaba pegando", dijo.
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"Ahora estoy partido al medio porque nunca imaginé que iba a llegar a esta situación. Nosotros siempre buscamos hacer las cosas bien. Nunca fuimos de tomar alcohol, de tomar porquerías que te dan en la calle", afirmó. Según Diego, el mayor de los acusados era un "excelente" soldado voluntario y una "gran persona", y el menor también era una "gran persona". "No pensaba que iba a terminar así", añadió.
De acuerdo a los medios del valle regional, en la casa la violencia era cosa de todos los días, en algunos casos verbal, en su gran mayoría física. La mujer, Hilda, lo denunció dos veces, en 2015 y 2018, sin avances. "Una vez Diego me contó que el padre le estaba pegando a la madre y que cuando él le pidió que no le pegue más, el padre lo obligó a que él le pegue a su mamá. 'Si vos le pegas yo dejo de pegarle', le dijo", relató Franco Figueroa, amigo y vecino de la familia, a ese medio.
AB/FF
