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Desde los 15, los hijos borran a sus padres de Facebook

Durante la infancia comparten actividades en la red social y hasta se dejan supervisar. Pero a partir de la adolescencia empiezan a ser “un quemo”. Testimonios.

Los Alonso frente a la PC: Lo ideal es tener una relación virtual con reglas claras desde la infancia.
| Néstor Grassi

Florencia y Néstor interactúan en Facebook con su hijo mayor, Octavio, de nueve años desde mediados de 2010. “Comenzó con la red social infantil Club Pingüin y un día pasó a Facebook. Tiene asociada mi cuenta y todo lo que le envían me es reenviado. Sabemos su contraseña y su perfil es cerrado”, dijo Néstor. “Comentamos sus noticias, enlaces, fotos de amigos, actividades y las encuestas que propone la red. El también lo hace con nosotros. Interactuar es parte del sistema de seguridad”, completó la mamá. Así es la relación de la familia Alonso hoy, pero todo puede cambiar cuando Octavio llegue a la adolescencia.

Presente en la vida de más de 11 millones de argentinos, Facebook ya no es sólo un sitio social para encontrar amigos o compartir qué (nos) pasa. Como fenómeno que alcanza desde niños de 7 u 8 años hasta adultos mayores, la red mundial se está convirtiendo también en un lugar de encuentro y discusión de la antigua familia argentina.

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¿Qué hacen desde Facebook para evitar o monitorear el uso de menores? Poco. El reglamento de la red social no acepta perfiles de menores de 13 años y ofrece una página de preguntas y respuestas dedicada a los padres que quieren denunciar o borrar perfiles de sus hijos menores. Sin embargo, cualquiera puede mentir la edad y armar su cuenta. “Se parte desde una mentira que ni Facebook, ni los chicos, ni los padres blanqueamos. Los chicos mienten con la edad, Facebook no controla

y los papás lo permitimos. Lo damos por natural porque todos los hacen”, explicó Marcela Czarny, presidenta de la ONG Chicos.net, que trabaja a favor del buen uso de las nuevas tecnologías en los niños

y jóvenes.

 

Tres. Ana Paula Crespo, al borde de los treinta, se enteró de que su hijo Bautista, de ocho años, estaba en Facebook cuando la pidió de “amiga”. “Controlo qué sube, qué pone como ‘me gusta’, los grupos a los que suma. Comentamos mutuamente nuestras publicaciones; sobre todos en viajes o fines de semanas que está con su papá, usamos el chat”, contó Crespo antes de confesar que Bautista puso como fecha de nacimiento 1990, cuando en verdad nació en 2002. “Los padres tienen que buscar reglas consensuadas que permitan e incluso estimulen el uso de la computadora pero siempre aclarando que estarán al tanto de las actividades on line. Si uno marca adecuadamente los límites, los chicos entienden. En los mayores de 10 años no es necesario estar encima, pero sí tener acceso visual a la pantalla. Sin diálogo familiar, no hay garantías del uso responsable de las nuevas tecnologías”, advierte Jorge Nasanovsky, director de Zonapediatrica.com y especialista en uso de nuevas tecnologías en la niñez.

 

Después. Cerca de los 15 años se produce un quiebre en la “relación virtual” de la familia. “En Argentina, y en el resto del mundo, percibimos cómo a medida que dejan de ser niños y se acercan a la adolescencia los chicos directamente te borran de la red. Les parece un quemo que sus papás los sigan, buscan intimidad y evitar cargadas. Por eso es muy importante lo que se pudo hablar e interactuar con ellos hasta ese momento”, dice Czarny.

 

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