La renuncia de Steve Jobs a su cargo de CEO de Apple no sorprendió a muchos que solemos cubrir las noticias de tecnología. Era previsible por su delicado estado de salud. Sin embargo, no deja de causar conmoción en el mundo y lo demuestra la gran cobertura que tuvo en menos de 24 horas. Está claro que Jobs no era un ejecutivo más de una compañía, sino una de las mentes que más inspiró a millones de personas y que es uno de los pilares fundamentales de la era de las PC de escritorio. Apple, junto a Microsoft (y Google en los últimos años), siguen marcando el camino, guste o no, de la industria y cómo conviviremos con estas máquinas por las próximas décadas.
Una de las cosas más interesantes que leí en las últimas horas, llegó de su flamante CEO, Tim Cook, en un mail interno a los empleados. “Nada cambiará (…) Steve construyó una compañía y una cultura como en ningún otro lugar del mundo. Está en nuestro ADN”. Jobs no será quien tome las decisiones y sólo tendrá un lugar como presidente del directorio para aprobar y rechazar propuestas. Pero su mejor creación no fue el iPhone, o un iPad, sino la mismísima Apple.