Por cada aparato electrónico nuevo hacen falta muchos otros para conectarse con los anteriores: muchos de los 27.000 productos nuevos expuestos en el Salón de Las Vegas -el Consumer Electronic Show (CES)- esta semana, pueden quedar obsoletos por falta de una estandarización.
La fabulosa efervescencia de la electrónica está en camino hacia un proceso de selección darwiniano: la profusión de normas y formatos hace más necesaria que nunca la famosa convergencia de tecnologías, esperada por las empresas para facilitar la vida del hombre común.
"Estamos en un período de transición. Vean el video: muchos de los nuevos aparatos presentados aquí ya no servirán dentro de 18 meses", afirma el presidente de una gran industria, mostrando su nuevo bebé: una caja que permite que muchos aparatos conviertan las imágenes analógicas en digitales.
En el salón de electrónica para el gran público de Las Vegas, la mayor parte de los sectores se enfrentan a múltiples opciones competitivas, ninguna de las cuales logra imponerse sobre sus competidoras.
Pese a ello, sí queda claro en el CES que algunas opciones empiezan a consolidarse. Entre los DVD de alta definición, que deberán reemplazar a los DVD clásicos en cinco o diez años, el formato de Sony, el Blu-ray, ha conquistado ahora a la mayoría de los estudios de cine gracias a la adopción anunciada hace una semana por parte de Warner Bros., el principal proveedor de DVD del mundo.
Esta sorpresiva decisión parece condenar al formato competidor, HD-DVD defendido por Toshiba. " Los dados están echados", comentó un especialista.
En el mundo de las pantallas planas también está surgiendo un vencedor: las pantallas de cristal líquido (LCD) se venden a una velocidad cuatro veces mayor que las de plasma, y las pantallas a retroproyección desaparecen. Sony decidió detener su producción en diciembre.
La pantalla gigante de plasma presentada por Panasonic en esta exposición de la industria electrónica (150 pulgadas de diagonal, o sea, 3,80 m) también parece vivir su canto de cisne.
Entre las brumas del mundo inalámbrico también parecen perfilarse algunos estándares, como el Bluetooth, de baja velocidad y poco consumo de energía, ideal para interconectar a corta distancia pequeños aparatos como mouses, teclados y reproductores, que hoy sirven a todo tipo de fines.
El conector USB inalámbrico, una técnica que compite con Bluetooth, pero más poderosa y promisoria para conectar impresoras y pantallas a la computadora, ha sido recientemente estandarizada por los reguladores europeos y en los últimos meses vio aparecer productos para el gran público. Pero será necesario que se imponga primero ante el FireWire defendido por Apple.
El mayor signo de interrogación sigue siendo el de transmisiones inalámbricas de banda muy ancha, necesarias para la televisión portátil. Cada fabricante de televisión portátil presentó al CES un sistema diferente: el MediaFlo de Qualcomm, el MTH de LG, el DVBH de los europeos... cada cadena de televisión tendrá que emitir en varios formatos y con nuevas antenas, si quiere estar presente en todos los sistemas de usuario.
A falta de una norma industrial común, los nuevos televisores de alta definición presentados en el CES, que pueden comunicarse sin hilos con videocámaras y lectores de DVD, serán incompatibles de una marca a otra, lo que constituye un peligro para los fabricantes y un dilema para los usuarios.
En cuanto al wi-fi, que aparentemente se ha impuesto para la comunicación inalámbrica, todavía no ha vencido: le falta enfrentarse con una norma emergente de banda ancha -WiMax- cuyas primeras aplicaciones aparecieron en el CES. La guerra de las normas -en realidad una guerra de marcas- no ha terminado de suscitar rivalidades.