Un hormigueo constante impide ver el horizonte y las largas colas parecen ser una marca registrada hasta para comprar una gaseosa o ir al baño. A una semana de la inauguraciónde Tecnópolis, Perfil.com recorrió la megamuestra emplazada en un predio gigante de Villa Martelli, pero no pudo entrar a ninguna de las carpas temáticas más prometedoras, porque hacer fila de más de media hora en cada una hubiera impedido, en términos de tiempo, recorrer el predio en toda su extensión.
Sucede que la muestra está, literalmente, desbordada de personas. Sobre todo ahora, en plenas vacaciones de invierno en las escuelas. Y tanta concentración de gente se siente desde su acceso en auto, en una avenida General Paz intransitable, sobre todo a la altura de Balbín y Constituyentes, donde está emplazada la muestra, en un predio de 50 hectáreas.
Una de las exposiciones más convocantes, y con más minutos de espera para visitarla, es "Hielos argentinos", un simulador de las condiciones climáticas de la Antártida. La kilométrica cola da varias vueltas a través de un vallado, en la que varios guías con micrófonos inhalámbricos orientaban a las personas por dónde hacer la cola, en medio del caótico amontonamiento.
Las colas se multiplican en todos los recorridos, como el que promete un paseo sensorial e interactivo por la represa de la Entidad Binacional Yaciretá, o la visita a una cúpula geodésica de cristal y acero con información científica vinculada al fuego; o al simulador de una central atómica. Pero, sin dudas, lo más atrayente para grandes, jóvenes y niños son los exóticos y ampulosos shows de Fuerza Bruta.
La megamuestra también tiene un espacio para los robots, el cine 3D y varios videojuegos sofisticados; además de laboratorios tecnológicos, un acuario electrónico, biotecnología, industria argentina, trenes, la energía de YPF, misiles, aviones y hasta la cápsula Fénix 2, usada para rescatar a los 33 mineros atrapados en Chile el año pasado.
Se trata de una megaexposición que aprovecha para publicitar "los logros" de la gestión kirchnerista, con grandes y sofisticados carteles, que recorren el trabajo de los distintos ministerios nacionales y de la provincia de Buenos Aires. Hay lugar para averiguar sobre el nuevo DNI, hay una sede de la ANSES, hay un espacio de dibujo para niños que depende del Ministerio de Desarrollo Social, que lidera Alicia Kirchner; hay grandes pantallas y televisores plasma para resaltar el trabajo del Ministerio de Industria (además de inmensas heladeras colgadas de rieles); y hasta se hizo un lugarcito para el presidente venezolano Hugo Chávez, en un stand donde una música caribeña acompaña un estribillo bien pegadizo: "¡Uh!, ¡ah!, ¡Chávez no se va!".
Claro que también está la Coupé de Perón; hay helados para celíacos en un stand donde enseñan lo importante que son; una pista gigante para hacer skate; un espacio para que los niños "dibujen el futuro", y luego lo expongan en las paredes. Hay molinos de viento, tanques de guerra e increíbles escenografías en un stand de "Vivienda e inclusión social".
Hay una Plaza de la Memoria y la Justicia, hay maquinaria agrícola, hay shows para chicos, malabaristas y disfraces. Hay kioscos y hasta una "Tienda de Tecnópolis", con remeras y merchandising de la extravagante e histórica muestra. Hay calles principales y laterales, hay puentecitos para cruzar de un continente al otro, hay simulación de choques y educación vial, hay dinosaurios y un tren de la historia; hay barcos y una carpa blanca futurista y hasta autos deportivos donde también hay una cola de niños para subirse y tomarse una foto.
La muestra abre todos los días (menos los lunes) de 11 a 21. ¿La recomendación? Vaya temprano si quiere recorrerla entera. Y, claro, ármese de tiempo y mucha paciencia.